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La Expansión Andita en el Oriente

2. La Conquista Andita de la India

79:2.1

La India es el único lugar donde todas las razas de Urantia se combinaron, y la invasión andita agregó el último linaje. En las alturas al noroeste de la India se trajeron a la existencia las razas sangik y, sin excepción, en los primeros tiempos penetraron miembros de cada una de ellas el subcontinente de la India dejando a su paso la más heterogénea mezcla de razas que jamás haya existido en Urantia. La antigua India fue en cierto modo una captación de razas migrantes. Anteriormente, la base de la península era de alguna manera más angosta que ahora, siendo la mayor parte de los deltas de los ríos Ganges e Indo resultado de los últimos cincuenta mil años.

79:2.2

Las primeras mezclas de razas en la India fueron una combinación de razas migratorias roja y amarilla con los aborígenes andonitas. Este grupo fue más tarde debilitado al absorber la porción más grande de la extinta cepa verde del este así como grandes cantidades de la raza anaranjada, y fue ligeramente mejorado con una pequeña adición de la del hombre azul, pero empeoró notablemente a través de la asimilación de grandes cantidades de la raza índiga. Pero no es completamente propio decir que los llamados aborígenes de la India le representen a esta gente temprana, más bien ellos son de la franja más inferior ubicada al sur y al este, que nunca fueron completamente absorbidos ni por los primeros anditas ni por la posterior aparición de sus primos arios.

79:2.3

Por el año 20.000 a. de J.C. la población del oeste de India había ya sido teñida con la sangre adánica, y nunca en la historia de Urantia ningún pueblo combinó tantas razas diferentes. Pero, desafortunadamente predominaba el linaje sangik secundario, y fue una verdadera calamidad que tanto el hombre azul como el hombre rojo estuvieran mayormente ausentes de este crisol de razas de hace tiempo. Una mayor influencia de las cepas sangik primarias había realzado considerablemente lo que podría haberse convertido en una civilización aún más importante. Como fueron las cosas, el hombre rojo se fue destruyendo a sí mismo en las Américas, el hombre azul retozaba en Europa, y los primeros descendientes de Adán (y la mayoría de los últimos) demostraban pocos deseos de mezclarse con las gentes de colores más oscuros, ya sea en la India, en el África o en otras partes.

79:2.4

Alrededor de 15.000 años a. de J.C. la presión de la población en aumento en el Turquestán e Irán ocasionó el primer movimiento masivo de los anditas hacia la India. Durante más de quince siglos estos pueblos superiores penetraron a través de las tierras altas de Beluchistán, extendiéndose por los valles del Indo y del Ganges y desplazándose lentamente hacia el sur al interior del Dekán. Esta presión andita desde el noroeste desplazó a muchos de los pueblos inferiores del sur y del este hacia Birmania y el sur de China, pero no lo suficiente como para salvar a los invasores de la obliteración racial.

79:2.5

La India no pudo lograr la hegemonía de Eurasia debido especialmente a un problema de topografía. La presión de la población desde el norte tan sólo consiguió empujar a la mayoría de la gente hacia el sur, el territorio menguante de Dekán, rode-ado a cada lado por el mar. Si hubiera habido tierras adyacentes para la emigración, las cepas inferiores se habrían diseminado hacia todas partes, y el linaje superior habría podido adquirir una civilización más elevada.

79:2.6

Tal como ocurrieron las cosas, estos primitivos conquistadores anditas hicieron un intento desesperado por preservar su identidad y contener la marejada de sumergimiento racial mediante el establecimiento de rígidas restricciones al matrimonio interracial. A pesar de todo, hacia el año 10.000 a. de J.C., los anditas habían sido sumergidos, aunque la totalidad de la masa de los pueblos había mejorado notablemente al absorberlos.

79:2.7

La mezcla de razas siempre es ventajosa, puesto que estimula la versatilidad cultural y contribuye a una civilización progresiva, pero si predominan los elementos inferiores del linaje racial, tales logros serán de corta duración. Una cultura políglota puede ser preservada solamente si el linaje superior se reproduce con cierto margen de seguridad respecto del inferior. La multiplicación desenfrenada de los inferiores, combinada con una decreciente reproducción de los superiores representa indefectiblemente el suicidio de la civilización cultural.

79:2.8

Si los conquistadores anditas hubiesen sido tres veces más o, si ellos hubiesen desplazado o destruido al tercio menos deseable de habitantes de mezcla anaranjada-verde-índiga, la India se habría convertido en uno de los principales centros mundiales de civilización cultural e indudablemente habría atraído mucho más a las posteriores olas de pueblos de la Mesopotamia que inundaron Turquestán y desde allí se desplazaron hacia el norte para Europa.


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