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El Pecado, el Sacrificio y la Expiación

7. Las Modificaciones del Sacrificio Humano

89:7.1

Moisés intentó poner fin a los sacrificios humanos inaugurando como sustituto el sistema de rescate. Estableció un programa sistemático que permitía a su pueblo escapar las peores consecuencias de sus votos imprudentes y tontos. Mediante este sistema, era posible rescatar las tierras, las propiedades y los hijos pagando a los sacerdotes tarifas establecidas. Pronto, los grupos que ya no sacrificaban a sus primogénitos se encontraron en situación ventajosa respecto de sus vecinos menos adelantados que seguían practicando estos actos atroces. Muchas tribus atrasadas de este tipo no sólo se debilitaban por la pérdida de los hijos, sino que a menudo se quebraba la cadena de sucesión del liderazgo.

89:7.2

Una consecuencia del paso de la costumbre de sacrificar a los hijos fue la costumbre de untar el quicial de la puerta con sangre, para proteger a los primogénitos. Esto frecuentemente se hacía relacionado con uno de los festivales sagrados del año, y esta ceremonia antiguamente existía prácticamente en todo el mundo desde México hasta Egipto.

89:7.3

Aun cuando cesó en la mayoría de los grupos la matanza ritual de niños, existía la costumbre de abandonar a un infante, en el bosque o en una pequeña barca a la deriva. Si el niño sobrevivía, se interpretaba que los dioses habían intervenido para preservarlo, tal como ocurrió en las tradiciones de Sargón, Moisés, Ciro y Rómulo. Luego sobrevino la práctica de dedicar al primogénito, considerándoselo sagrado o sacrificatorio; tal hijo primogénito era destinado al exilio después de crecer, en vez de ser sacrificado. Así se originó la colonización. Los romanos se acogieron a esta costumbre en su esquema de colonización.

89:7.4

Muchas de las peculiares asociaciones de libertinaje sexual combinado con adoración primitiva tuvieron su origen en el sacrificio humano. Antiguamente, la mujer que se topaba con cazadores de cabezas, podía salvar su vida otorgando sus favores sexuales. Más adelante, una doncella destinada a ser sacrificada a los dioses podía salvar su vida dedicando su cuerpo por vida al servicio sexual sagrado del templo; así ganaría el dinero para el rescate. Los antiguos consideraban acción noble mantener relaciones sexuales con una mujer que así intentaba rescatar su vida. La relación con estas doncellas sagradas, se consideraba una ceremonia religiosa, y a la vez ofrecía este rito una excusa aceptable para la gratificación sexual común. Se trataba de una forma sutil de autoengaño que tanto las doncellas como sus parejas disfrutaban en practicar entre sí. Las costumbres establecidas siempre están más retrógadas respecto del avance evolucionario de la civilización, sancionando así prácticas sexuales más primitivas y más salvajes entre las razas evolutivas.

89:7.5

La prostitución en el templo finalmente se difundió por toda Europa del sur y Asia. El dinero ganado por las prostitutas del templo se consideraba sagrado entre todos los pueblos—elevada ofrenda para los dioses. Las mujeres de más alto nivel atestaban los mercados sexuales del templo, dedicando sus ganancias a todo tipo de servicio sagrado y de obra de bien público. Muchas de las mujeres de las clases más elevadas ganaban su dote mediante el comercio sexual temporal en el templo, y la mayoría de los hombres preferían casarse con ellas.


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