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El Espíritu Infinito

3. La Relación del Espíritu con el Padre y el Hijo

8:3.1

Tal como el Hijo Eterno es la expresión verbal del «primer» pensamiento absoluto e infinito del Padre Universal, así el Actor Conjunto es la perfecta ejecución del «primer» concepto o plan creador completo para la acción combinada de la sociedad de personalidades Padre-Hijo, con unión absoluta de pensamiento y palabra. La Tercera Fuente y Centro se eterniza concurrentemente con la creación central o de decreto, y sólo esta creación central tiene existencia eterna entre los universos.

8:3.2

Desde la personalización de la Tercera Fuente, la Primera Fuente ya no participa personalmente en la creación del universo. El Padre Universal delega todo lo posible a su Hijo Eterno; asímismo el Hijo Eterno otorga toda la autoridad y poder posibles al Creador Conjunto.

8:3.3

El Hijo Eterno y el Creador Conjunto han planeado e ideado, como socios y a través de sus personalidades coordinadas, todos los universos que han surgido con posterioridad a Havona. En todas las creaciones subsecuentes el Espíritu mantiene con el Hijo la misma relación personal que el Hijo mantiene con el Padre en la creación central primaria.

8:3.4

Un Hijo Creador del Hijo Eterno y un Espíritu Creador del Espíritu Infinito os crearon, a vosotros y a vuestro universo; y mientras el Padre sostiene fielmente lo que han organizado, incumbe a este Hijo Universal y a este Espíritu Universal fomentar y sostener su obra así como ministrar a las criaturas hechas por ellos.

8:3.5

El Espíritu Infinito es el agente eficaz del Padre quien ama a todos y del Hijo todomisericordioso, para la ejecución de su proyecto conjunto de atraer hacia ellos a todas las almas amantes de la verdad en todos los mundos del tiempo y del espacio. En el mismo instante en que el Hijo Eterno aceptó el plan de su Padre para que las criaturas de los universos alcanzaran la perfección, en el momento en que el proyecto de ascensión se convirtió en un plan de Padre-Hijo, en ese instante el Espíritu Infinito se volvió el administrador asociado del Padre y del Hijo para la ejecución de su propósito unido y eterno. Y al hacerlo así el Espíritu Infinito ofrece al Padre y al Hijo todos sus recursos de presencia divina y de personalidades espirituales; él ha dedicado todo al formidable plan de elevar las criaturas volitivas supervivientes a las alturas divinas de la perfección del Paraíso.

8:3.6

El Espíritu Infinito es una revelación completa, exclusiva y universal del Padre Universal y de su Hijo Eterno. Todo conocimiento de la sociedad Padre-Hijo debe obtenerse a través del Espíritu Infinito, el representante conjunto de la divina unión de la palabra y el pensamiento.

8:3.7

El Hijo Eterno es la única vía de acceso al Padre Universal, y el Espíritu Infinito es el único medio de alcanzar al Hijo Eterno. Los seres ascendentes del tiempo sólo pueden descubrir al Hijo mediante el paciente ministerio del Espíritu.

8:3.8

En el centro de todas las cosas el Espíritu Infinito es la primera de las Deidades del Paraíso que los peregrinos ascendentes llegan a alcanzar. La Tercera Persona envuelve a la Segunda y la Primera personas y por lo tanto siempre debe ser reconocida primero por todos los que son candidatos a presentarse ante el Hijo y su Padre.

8:3.9

Y de muchas otras maneras el Espíritu igualmente representa y sirve al Padre y a su Hijo.


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