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La Expansión Andita en el Oriente

8. La Civilización China Posterior

79:8.1

Mientras el hombre rojo sufrió las consecuencias de guerras excesivas, no sería completamente incorrecto decir que el desarrollo de la categoría de estado entre los chinos fue demorado por la escrupulosa conquista del Asia. Tenían ellos una gran tendencia a la solidaridad racial, pero ésta no llegó a desarrollarse apropiadamente porque faltaba el estímulo impulsor del constante peligro de una agresión exterior.

79:8.2

En cuanto se hubo completado la conquista del Asia oriental, el antiguo estado militar se fue desintegrando gradualmente, y las pasadas guerras fueron olvidadas. De las épicas luchas con la raza roja sólo persistió la vaga tradición de un antiguo enfrentamiento con los pueblos arqueros. Los chinos pronto se volcaron a la agricultura, lo que contribuyó aún más a fomentar sus tendencias pacíficas. Al mismo tiempo, el hecho de que la población indicaba una relación hombre-tierra muy por debajo de los requisitos agrícolas, contribuyó más aún al creciente carácter pacífico del país.

79:8.3

La conciencia de los logros pasados (un tanto menor actualmente), el conservadurismo de un pueblo abrumadoramente agrícola, y una muy bien desarrollada vida familiar dieron origen a la veneración de los antepasados, que culminó en la costumbre de honrar a los hombres del pasado casi hasta lindar con la adoración. Una actitud muy similar prevaleció entre las razas blancas en Europa durante unos quinientos años tras la desintegración de la civilización grecorromana.

79:8.4

La creencia y la adoración de la «Verdad Única» tal como era enseñada por Singlangton nunca dejó de existir completamente; pero, a medida que fue pasando el tiempo, la búsqueda de una nueva y más elevada verdad pasó a ser eclipsada por una creciente tendencia a venerar aquella que ya estaba establecida. Lentamente, el genio de la raza amarilla se desvió de lo que había sido la búsqueda de lo desconocido, hacia la preservación de lo conocido. Y ésta es la razón de la paralización de lo que había sido la civilización de más rápido progreso en el mundo.

79:8.5

Entre los años 4000 y 500 a. de J.C. se consumó la reunificación política de la raza amarilla, pero la unión cultural de los centros de los ríos Amarillo y el Changjiang ya había sido lograda. Esta reunificación política de los últimos grupos tribales no se produjo sin conflictos, pero el concepto guerrero permaneció desprestigiado en la sociedad. El culto de los antepasados, el aumento de los dialectos y la falta de acción militar durante miles y miles de años hicieron de éste un pueblo ultrapacífico.

79:8.6

A pesar de fracasar en el cumplimiento de la promesa del desarrollo precoz de un estado avanzado, la raza amarilla avanzó progresivamente en la realización de las artes de la civilización, especialmente en los campos de la agricultura y la horticultura. Los problemas hidromecánicos enfrentados por los agricultores en Chensi y Honan demandaron la cooperación de los grupos para su solución. Esas dificultades de riego y de conservación de los suelos contribuyeron, no en pequeña medida, al desarrollo de una interdependencia entre los agricultores con la consiguiente promoción de la paz entre esos grupos.

79:8.7

Pronto el desarrollo ulterior de la escritura, conjuntamente con el establecimiento de escuelas, contribuyeron a la diseminación del conocimiento en escala sin precedentes. Pero la engorrosa naturaleza del sistema de escritura ideográfica impuso una limitación numérica a las clases cultas, a pesar de la temprana aparición de la imprenta. Y por sobre todas las cosas, el proceso de normalización social y la dogmatización religioso-filosófica continuó. El desarrollo religioso del culto de los antepasados pasó a ser aun más complicado debido a una inundación de supersticiones que presuponían la adoración de la naturaleza, pero persistieron vestigios de un real concepto de Dios en la adoración imperial de Shang-ti.

79:8.8

La gran debilidad de la veneración de los antepasados consiste en que ésta promueve una filosofía de visión retrógrada. Aunque sea prudente recoger sabiduría del pasado, es un desatino considerar el pasado como la única fuente de la verdad. La verdad es relativa y extensible, siempre vive en el presente logrando nuevas expresiones en cada generación de hombres, aun en cada vida humana.

79:8.9

La gran fuerza de la veneración de los antepasados es el valor que esa actitud confiere a la familia. La sorprendente estabilidad y persistencia de la cultura china es una consecuencia de la suprema posición otorgada a la familia, ya que la civilización es directamente dependiente del funcionamiento efectivo de la familia. Y en la China la familia llegó a tener una importancia social, aun una significación religiosa, que muy pocos pueblos han sabido alcanzar.

79:8.10

La devoción filial y la lealtad familiar impuestas por el creciente culto de la adoración a los antepasados aseguró el establecimiento de relaciones familiares superiores y de perdurables grupos familiares, todo lo cual facilitó los siguientes factores en la preservación de la civilización:

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1. Conservación de la propiedad y riqueza.

79:8.12

2. El compartir las experiencias de más de una generación.

79:8.13

3. Educación eficiente de los niños en las artes y ciencias del pasado.

79:8.14

4. Desarrollo de un fuerte sentido del deber, el realzamiento de la moralidad y el aumento de la sensibilidad ética.

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El período formativo de la civilización china, que comienza con la llegada de los anditas, continúa hasta el gran despertar ético, moral y semirreligioso del siglo sexto antes de Cristo. Y la tradición china conserva el confuso registro del pasado evolucionario; la transición de la familia materna a la familia paterna, el establecimiento de la agricultura, el desarrollo de la arquitectura, la iniciación de la industria—todos ellos se narran sucesivamente. Esta historia presenta, con mayor precisión que cualquier otro relato similar, la imagen del magnífico ascenso de un pueblo superior a partir de los niveles de la barbarie. Durante este período pasaron de una sociedad agrícola primitiva a una más elevada organización social, abarcando ciudades, manufacturas, trabajos con metales, intercambio comercial, gobierno, escritura, matemáticas, arte, ciencias e imprenta.

79:8.16

Así pues la antigua civilización de la raza amarilla ha perdurado a través de los siglos. Han transcurrido casi cuarenta mil años desde que se produjeron los primeros avances importantes en la cultura china. A pesar de los muchos retrocesos, la civilización de los hijos de Han sigue siendo la que más se acerca a un cuadro de progreso continuo e ininterrumpido que llega directamente hasta el siglo veinte. Los desarrollos religiosos y mecánicos de las razas blancas han sido de alto orden, pero no han superado nunca a los chinos en lealtad familiar, ética de grupo o moralidad personal.

79:8.17

Esta antigua cultura ha contribuido mucho a la felicidad humana; millones de seres humanos han vivido y muerto, bendecidos por sus logros. Durante siglos esta gran civilización ha descansado sobre los laureles del pasado, pero ya está volviendo a despertar para visualizar otra vez los trascendentales objetivos de la existencia mortal, enfrentando nuevamente la infatigable lucha por el progreso sin fin.

79:8.18

[Presentado por un Arcángel de Nebadon.]


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