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La Falta de Adán y Eva

2. La Intriga de Caligastia

75:2.1

Caligastia hizo frecuentes visitas al Jardín y sostuvo muchas conversaciones con Adán y Eva, pero éstos se mostraban inquebrantables ante sus propuestas de componenda y de atajos azarosos. Ante ellos desfilaban suficientes resultados de la rebelión como para producirles una efectiva inmunidad contra toda propuesta e insinuación de esta índole. Tampoco en la prole joven de Adán lograron influir las proposiciones de Daligastia. Y desde luego, no tenían Caligastia ni su asociado el poder para influir en ningún individuo contra la voluntad de éste, y tanto menos para persuadir a los hijos de Adán a obrar mal.

75:2.2

Conviene tener presente que Caligastia aún era el Príncipe Planetario titular de Urantia, y si bien se había descaminado, no dejaba de ser un Hijo superior del universo local. No llegó a ser depuesto hasta los tiempos de Cristo Micael en Urantia.

75:2.3

Pero el Príncipe caído fue persistente y decidido. Pronto renunció a la labor de persuadir a Adán y, astutamente decidió intentar atacar indirectamente a Eva. Llegó a la conclusión el maligno de que la única esperanza para triunfar estribaba en el hábil aprovechamiento de personas idóneas que pertenecían al estrato superior del grupo nodita, los descendientes de los asociados de su antiguo séquito corpóreo. Así, pues, se urdieron los ardides para entrampar a la madre de la raza violeta.

75:2.4

Eva nunca tuvo la intención de hacer cualquier cosa que fuera contra los planes de Adán, ni poner en peligro su cargo de confianza planetaria. Conscientes de la tendencia de la mujer a buscar resultados inmediatos más bien que planear a largo plazo para obtener efectos posteriores, los Melquisedek, antes de partir, se habían esmerado en instruir a Eva acerca de los peligros específicos que rodeaban su situación aislada en el planeta y le habían advertido en particular que nunca se alejara de la vera de su consorte, es decir, que no probara métodos personales ni secretos de fomentar sus empresas mutuas. Eva había cumplido escrupulosamente con estas instrucciones durante más de cien años, y no se le ocurrió que acarrearan ningún peligro las visitas cada vez más íntimas y confidenciales que disfrutaba con cierto dirigente nodita llamado Serapatatia. Aconteció todo el asunto de forma tan gradual y natural que la tomó desprevenida.

75:2.5

Los moradores del Jardín habían estado en contacto con los noditas desde los primeros días de Edén. Habían recibido mucha asistencia y cooperación valiosa de estos descendientes mestizos de los miembros rebeldes del séquito de Caligastia; a causa de ellos, el régimen edénico ya iría a su total perdición y derrocamiento final.


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