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El Jardín del Edén

5. El Hogar en el Jardín

73:5.1

En el centro de la península de Edén estaba el exquisito templo de piedra del Padre Universal, la capilla sagrada del Jardín. Al norte se estableció la sede administrativa; al sur se construyeron las casas para los obreros y sus familias; al oeste se asignó una porción de terreno para las escuelas propuestas para el sistema educacional del Hijo esperado, mientras que en el «este de Edén» se construyeron los domicilios destinados al Hijo prometido y a su progenie inmediata. Los planos arquitectónicos de Edén asignaban hogares y tierra abundante para un millón de seres humanos.

73:5.2

Si bien a la llegada de Adán no se había terminado más que un cuarto del Jardín, contaba ya con miles de kilómetros de acequias y con casi veinte mil kilómetros de caminos y sendas pavimentados. Había un poco más de cinco mil edificios de ladrillo en los distintos sectores y un sinnúmero de árboles y plantas. No pasaba de siete el número de casas por cada conjunto habitacional del parque. Y aunque las estructuras del Jardín eran sencillas, eran muy artísticas. Estaban bien construidos los caminos y sendas, y la jardinería ornamental era exquisita.

73:5.3

Las disposiciones sanitarias del Jardín superaban con mucho a todo lo que se había intentado hasta ese momento en Urantia. En Edén el agua para beber se mantenía potable mediante el estricto cumplimiento de los reglamentos sanitarios concebidos para conservar su pureza. Durante estos tiempos primitivos surgieron muchas dificultades debido a que se desatendían estos reglamentos, pero Van llegó a inculcarles gradualmente a sus compañeros la importancia de no permitir que nada cayera en el suministro de agua del Jardín.

73:5.4

Antes de la instalación posterior de un sistema de eliminación de aguas cloacales, los edenitas practicaron el entierro escrupuloso de todos los residuales o materiales en descomposición. Los inspectores de Amadón hacían un recorrido a diario en busca de posibles causas de enfermedad. Los urantianos no volvieron a tener conciencia de la importancia de la prevención de las enfermedades humanas hasta los últimos tiempos de los siglos diecinueve y veinte. Antes de la interrupción del régimen de Adán, se había construido un sistema de conductos cubiertos de ladrillos para la eliminación de aguas cloacales que corría por debajo de los muros y desembocaba en el río de Edén casi un kilómetro y medio más allá del muro exterior, o menor, del Jardín.

73:5.5

Hacia la llegada de Adán, la mayor parte de las plantas de esa sección del mundo se daban en Edén. Se habían superado notablemente gran parte de los frutos, cereales y nueces. Aquí se cultivaron por primera vez muchos vegetales y cereales modernos; pero posteriormente, se perdieron para el mundo veintenas de variedades de plantas alimenticias.

73:5.6

Casi cinco por ciento del Jardín estaba sometido al gran cultivo artificial, quince por ciento estaba parcialmente cultivado, el resto se dejó más o menos en su estado natural pendiente de la llegada de Adán, pues se creía que era mejor terminar el par-que de acuerdo con sus ideas.

73:5.7

De este modo se aprestó el Jardín de Edén para el recibimiento del Adán y su consorte prometidos. Este Jardín habría hecho honor a un mundo que estuviera bajo una administración perfeccionada y con dominio normal. Adán y Eva quedaron muy contentos con el trazado general de Edén, aunque hicieron muchos cambios en el moblaje de su morada personal.

73:5.8

Si bien casi no había quedado terminada la labor de embellecimiento al llegar Adán, el lugar ya era una joya de belleza botánica; y durante los primeros días de su estadía en Edén todo el Jardín cobró nueva forma y asumió nuevas proporciones de belleza y esplendor. Jamás, antes ni después de este momento, albergó Urantia una exhibición tan hermosa y repleta de horticultura y agricultura.


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