El estado es una organización reguladora social territorial, y el estado más fuerte, más eficaz, y más duradero consta de una sola nación cuya gente tiene en común una lengua, costumbres e instituciones.
Los primeros estados fueron pequeños y surgieron todos como resultado de la conquista. No se originaron por asociaciones voluntarias. Gran parte fueron fundados por conquistadores nómades, los cuales acometían a los pastores pacíficos o labriegos establecidos para dominarlos y esclavizarlos. Dichos estados, resultantes de la conquista, fueron forzosamente estratificados; las clases resultaron inevitables, y las luchas de clases sociales no han dejado de ser selectivas.
Las tribus septentrionales de los hombres rojos americanos nunca alcanzaron la verdadera condición de estado. Nunca progresaron más allá de una confederación poco unida de tribus, una forma muy primitiva del estado. Se aproximó más a esta condición la federación iroquesa, pero este grupo de seis naciones nunca llegó a funcionar a manera de estado y no logró sobrevivir debido a la ausencia de ciertos elementos esenciales para la vida nacional moderna, tales como:
1. Adquisición y herencia de la propiedad privada.
2. Existencia de ciudades así como también de la agricultura y la industria.
3. Animales domésticos útiles.
4. Organización familiar práctica. Estos hombres rojos se aferraban a la familia materna y la herencia del sobrino.
5. Un territorio definido.
6. Una cabeza ejecutiva fuerte.
7. Esclavización de los cautivos—los adoptaban o los mataban en masa.
8. Conquistas decisivas.
Los hombres rojos eran demasiado democráticos; tuvieron un buen gobierno, pero fracasó. Ulteriormente, habrían desarrollado un estado, si no se hubieran topado prematuramente con la civilización más avanzada del hombre blanco, que practicaba los métodos gubernamentales de los griegos y romanos.
El éxito del estado romano se basaba en:
1. La familia paterna.
2. La agricultura y la domesticación de los animales.
3. La concentración de la población—las ciudades.
4. La propiedad y la tierra privada.
5. La esclavitud—las clases de ciudadanía.
6. La conquista y reorganización de los pueblos débiles y atrasados.
7. Un territorio definido, con carreteras.
8. Gobernantes personales y fuertes.
La gran flaqueza de la civilización romana y un factor a contribuir a la caída final del imperio, fue la disposición presuntamente liberal y avanzada de emancipar a los jóvenes de veintiún años de edad, y liberar incondicionalmente a las jóvenes para que éstas pudieran casarse con el hombre que quisieran o bien irse al exterior y darse a la vida inmoral. El perjuicio a la sociedad no consistió en estas reformas mismas, sino, más bien, en la forma amplia y repentina en que se adoptaron. El fracaso de Roma demuestra lo que puede esperarse, cuando un estado es sometido a expansión excesivamente rápida conjuntamente con la degeneración interna.
Lo que hizo posible el estado embriónico fue que los lazos consanguíneos menguaron en favor de los territoriales; y la conquista solía cimentar estas federaciones tribales firmemente. Si bien una soberanía que trasciende a todas las luchas y desavenencias menores de los grupos es la principal característica del verdadero estado, muchas clases y castas aún perduran en las organizaciones estatales posteriores como restos de los clanes y tribus del pasado. Los últimos y mayores estados sostuvieron una prolongada y encarnizada lucha con estos grupos de clanes consanguíneos más pequeños, resultando ser el gobierno tribal una valiosa transición de la autoridad familiar a la estatal. Posteriormente surgieron muchos clanes de los gremios y otras asociaciones industriales.
El fracaso de la integración estatal resulta en la reversión a las condiciones de las técnicas gubernamentales anteriores al estado, tal como el feudalismo del medioevo europeo. Durante estas edades de oscurantismo se vino abajo el estado territorial y hubo una reversión a los grupos pequeños de los castillos, la reaparición de las etapas evolutivas del clan y la tribu. Aún ahora existen en Asia y África semiestados de esta índole, mas no todos constituyen reversiones evolucionarias; gran parte son los núcleos de los estados del futuro en su etapa embrionaria.