CALCULAMOS que la historia de Urantia comenzó hace unos mil millones de años y engloba cinco eras principales:
1. La era antevida se extiende a través de los cuatrocientos cincuenta millones de años iniciales, desde alrededor del momento en que el planeta alcanzó su tamaño actual hasta el momento del establecimiento de la vida. Vuestros estudiosos han designado este período por el arqueozoico.
2. La era de los albores de la vida se extiende por los siguientes ciento cincuenta millones de años. Entre la precedente edad antevida o de cataclismo y el siguiente período de vida marina superiormente desarrollada, media esta época. Vuestros investigadores conocen esta era con el nombre de proterozoica.
3. La era de la vida marina abarca los siguientes doscientos cincuenta millones de años y la conocéis mejor por el nombre de paleozoica.
4. La era de la vida terrestre primitiva comprende los próximos cien millones de años y se llama era mesozoica.
5. La era mamífera ocupa los últimos cincuenta millones de años. Esta era de los tiempos recientes se llama era cenozoica.
De este modo la era de la vida marina engloba como un cuarto de la historia de vuestro planeta. Ésta se puede subdividir en seis períodos largos, cada uno caracterizado por ciertas evoluciones bien definidas tanto en los ámbitos geológicos como en los dominios biológicos.
Al principiar esta era, los fondos del mar, las extensas plataformas continentales y las numerosas cuencas de poca profundidad cerca de las costas están cubiertas de una vegetación prolífica. Las formas de vida animal más primitivas y más sencillas ya se han desarrollado a partir de los organismos vegetales anteriores, y los primeros organismos animales se han ido abriendo camino gradualmente a lo largo de las extensas costas de las distintas masas terrestres hasta que los múltiples mares interiores están pululantes de vida marina primitiva. Ya que tan pocos de estos organismos primitivos tenían conchas, muy pocos se han conservado como fósiles. No obstante la escena está dispuesta para los primeros documentos de ese gran «libro de piedra» sobre la preservación de los anales de la vida, los cuales se iban asentando tan metódicamente durante las edades que se sucedían.
El continente de América del Norte es fabulosamente rico en depósitos que contienen fósiles de la entera era de vida marina. Las primerísimas y más antiguas capas están separadas de los estratos posteriores del período precedente mediante extensos depósitos de erosión que claramente segregan estas dos etapas de desarrollo planetario.