ENTRE las colonias de cortesía de los distintos mundos sede central divisionales y universales se puede encontrar la singular orden de personalidades compuestas, denominada los artesanos celestiales. Estos seres son los artistas y artesanos expertos del nivel morontial y de los reinos espirituales más bajos. Son los espíritus y semiespíritus que se ocupan del embellecimiento morontial y del hermoseamiento espiritual. Estos artesanos están distribuidos en todo el gran universo en los mundos sede central de los superuniversos, los universos locales, las constelaciones, y los sistemas, así como también en todas las esferas establecidas en luz y vida; pero su ámbito principal de actividad está en las constelaciones y especialmente en los setecientos setenta mundos que rodean a cada esfera sede central.
Aunque su trabajo pueda ser casi incomprensible para la mente material, es necesario comprender que los mundos morontiales y espirituales no carecen de sus artes elevadas y culturas excelsas.
Los artesanos celestiales no son creados como tales; constituyen un cuerpo seleccionado e incorporado de seres compuestos de ciertas personalidades maestras oriundas del universo central y de sus discípulos voluntarios seleccionados de entre los mortales ascendentes y de numerosos otros grupos celestiales. El cuerpo de enseñanza original de estos artesanos fue en cierto momento nombrado por el Espíritu Infinito en colaboración con los Siete Espíritus Rectores y consistió en siete mil instructores de Havona, mil para cada una de las siete divisiones de artesanos. Con dicho núcleo inicial, se ha desarrollado a través de las edades, este brillante cuerpo de trabajadores habilidosos en los asuntos espirituales y morontiales.
Toda personalidad morontial o entidad espiritual es elegible para ser admitida en el cuerpo de los artesanos celestiales; o sea, todo ser por debajo de la categoría de filiación divina inherente. Los hijos ascendentes de Dios que provienen de las esferas evolucionarias pueden, después de su llegada a los mundos morontiales, solicitar ser admitidos en el cuerpo de artesanos y, si son suficientemente dotados, podrían elegir dicha carrera por un período más o menos largo. Pero nadie puede incorporarse con los artesanos celestiales por menos de un milenio, mil años de tiempo superuniversal.
Todos los artesanos celestiales están registrados en la sede central del superuniverso pero son dirigidos por supervisores morontiales en las capitales de los universos locales. Son comisionados en las siguientes siete divisiones principales de actividad por el cuerpo central de supervisores morontiales que actúan en el mundo sede central de cada universo local:
1. Músicos celestiales.
2. Reproductores celestiales.
3. Constructores divinos.
4. Registradores del pensamiento.
5. Manipuladores de la energía.
6. Diseñadores y embellecedores.
7. Trabajadores de la armonía.
Los maestros originales de estos siete grupos provinieron todos de los mundos perfectos de Havona, y Havona contiene los modelos originales, los estudios de modelos originales, para todas las fases y formas del arte espiritual. Aunque es tarea inmensa emprender la transferencia de estas artes de Havona a los mundos del espacio, los artesanos celestiales han mejorado en su técnica y ejecución de edad en edad. Tal como en todas las demás fases de la carrera ascendente, aquellos que son más avanzados en toda línea de actuación deben constantemente impartir su conocimiento y pericia superiores a sus camaradas menos favorecidos.
Comenzaréis por primera vez a obtener un vistazo de estas artes transplantadas de Havona en los mundos de estancia, y su belleza y vuestra apreciación de su belleza aumentarán y se volverán más brillantes hasta cuando lleguéis a las salas espirituales de Salvington y contempléis las obras maestras inspiradoras de los artistas excelsos de los reinos espirituales.
Todas estas actividades de los mundos morontiales y espirituales son reales. Para los seres espirituales el mundo espiritual es una realidad. Para nosotros el mundo material es lo más irreal. Las formas de espíritus más elevadas pasan libremente a través de la mate-ria común. Los espíritus elevados no reaccionan a nada material, excepto a algunas de las energías básicas. Para los seres materiales el mundo espiritual es más o menos irreal; para los seres espirituales el mundo material es casi totalmente irreal, siendo tan sólo una sombra de la substancia de las realidades espirituales.
Yo no puedo, con visión exclusivamente espiritual, percibir el edificio en el cual esta narrativa está siendo traducida y registrada. Un Consejero Divino desde Uversa, que al azar se encuentra a mi lado, percibe aún menos de estas creaciones puramente materiales. Discernimos de qué manera se os presentan estas estructuras materiales visualizando una contraparte espiritual presentada a nuestra mente por uno de los transformadores de la energía aquí presentes. Este edificio material no es exactamente real para mí, un ser espiritual, pero es muy real y muy útil para los mortales materiales.
Existen ciertos tipos de seres que son capaces de discernir la realidad de las criaturas tanto de los mundos espirituales como de los materiales. A esta clase pertenecen las así llamadas cuartas criaturas de los Servitales de Havona y las cuartas criaturas de los conciliadores. Los ángeles del tiempo y del espacio están dotados de la habilidad de discernir tanto los seres espirituales como los materiales así como también pueden hacerlo los mortales ascendentes después de liberarse de la vida en la carne. Después de lograr los niveles espirituales más elevados, los seres ascendentes son capaces de reconocer las realidades materiales, morontiales y espirituales.
También se encuentra aquí conmigo un Mensajero Poderoso de Uversa, un ser ascendente fusionado con el Ajustador, mortal en el pasado, que os percibe tal como vosotros sois, y al mismo tiempo visualiza al Mensajero Solitario, a los supernafines, y a otros seres celestiales presentes. Jamás perderás, durante tu larga ascensión, el poder de reconocer a los seres con los que te has asociado en existencias anteriores. Siempre, a medida que asciendas hacia adentro en la escala de la vida, mantendrás la habilidad de reconocer a tus semejantes de niveles previos y más bajos de experiencia y de fraternizar con ellos. Cada nuevo traslado o resurrección agregará otro grupo más de seres espirituales a tu gama de visión, sin quitarte en lo más mínimo la habilidad de reconocer a tus amigos y semejantes de estados anteriores.
Todo esto está posibilitado en la experiencia de los mortales ascendentes por la acción de los Ajustadores del Pensamiento residentes. A través de su retención de los duplicados de tus enteras experiencias vitales, estás asegurado de no perder jamás ningún atributo auténtico que hayas poseído alguna vez; y estos Ajustadores viajan contigo, como parte de ti, en realidad, como tú.
Pero prácticamente no tengo la esperanza de ser capaz de transmitir a la mente material la naturaleza de la tarea de los artesanos celestiales. Me veo en la necesidad de desviar constantemente el pensamiento y distorsionar el lenguaje en el esfuerzo de divulgar a la mente humana la realidad de estas transacciones morontiales y fenómenos casi espirituales. Vuestra comprensión es incapaz de aferrar, y vuestro lenguaje es inadecuado, para transmitir el significado, valor y relaciones de estas actividades semiespirituales. Continúo con este esfuerzo de esclarecimiento de la mente humana sobre estas realidades con el convencimiento de la casi total imposibilidad de triunfar en esta tarea.
Nada puedo hacer sino intentar bosquejar un paralelismo burdo entre las actividades materiales mortales y las múltiples funciones de los artesanos celestiales. Si las razas de Urantia fueran más avanzadas en el arte y en otras realizaciones culturales, podría yo ir mucho más allá en el esfuerzo de dirigir la mente humana a partir de las cosas de la materia a las morontiales. Prácticamente todo lo que puedo esperar obtener es dar énfasis al hecho de la realidad de estas transacciones de los mundos morontiales y espirituales.