Así como el Hijo Eterno y Original se revela a través de las personas de número en constante aumento de los Hijos divinos, del mismo modo, el Espíritu Infinito y Divino se revela a través de los canales de los Siete Espíritus Rectores y de sus grupos espirituales asociados. En el centro de los centros, el Espíritu Infinito es alcanzable, pero no todos los que llegan al Paraíso son inmediatamente capaces de discernir su personalidad y presencia diferenciada; pero todos los que logran el universo central pueden comunicarse inmediatamente con uno de los Siete Espíritus Rectores, y así lo hacen, precisamente el que preside el superuniverso del cual proviene el recién llegado peregrino del espacio.
El Padre del Paraíso habla al universo de los universos sólo a través de su Hijo, mientras que él y el Hijo conjuntamente actúan sólo a través del Espíritu Infinito. Fuera del Paraíso y de Havona el Espíritu Infinito habla sólo mediante las voces de los Siete Espíritus Rectores.
El Espíritu Infinito ejerce una influencia de presencia personal dentro de los confines del sistema Paraíso-Havona; en otros lugares su presencia espiritual personal se ejerce mediante uno de los Siete Espíritus Rectores y a través de él. Por lo tanto, la naturaleza singular del Espíritu Rector supervisor de ese segmento de la creación condiciona la presencia espiritual superuniversal de la Tercera Fuente y Centro en cualquier mundo o en cualquier individuo. Viceversa, las líneas combinadas de la fuerza espiritual e inteligencia pasan hacia adentro dirigiéndose a la Tercera Persona de la Deidad a través de los Siete Espíritus Rectores.
Los Siete Espíritus Rectores están dotados colectivamente de atributos supremosúltimos de la Tercera Fuente y Centro. Aunque cada uno de ellos comparte individualmente de esta dotación, tan sólo colectivamente revelan los atributos de omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Ninguno de ellos puede funcionar así universalmente; como individuos y en el ejercicio de estos poderes de supremacía y ultimidad, cada uno está limitado personalmente al superuniverso de supervisión inmediata.
Todo lo que se os ha dicho sobre la divinidad y personalidad del Actor Conjunto se aplica en igual forma y plenamente a los Siete Espíritus Rectores, que tan eficazmente distribuyen el Espíritu Infinito a los siete segmentos del gran universo de acuerdo con su dotación divina y en la manera de sus naturalezas distintas e individualmente únicas. Por lo tanto puede ser apropiado aplicar al grupo colectivo de los siete cualquiera y todos los nombres del Espíritu Infinito. Colectivamente, en todos los niveles subabsolutos, son uno con el Creador Conjunto.