Durante las conversaciones vespertinas, Jesús habló de muchos temas. Durante el resto de esta gira—antes de que se volvieran a reunir en Nazaret– habló de «el amor de Dios», «los sueños y las visiones», «la malicia», «la humildad y la mansedumbre», «el coraje y la lealtad», «la música y la adoración», «el servicio y la obediencia», «el orgullo y la presunción», «el perdón en relación con el arrepentimiento», «la paz y la perfección», «el mal hablar y la envidia», «el mal, el pecado y la tentación», «las dudas y la incredulidad», «la sabiduría y la adoración». Puesto que los apóstoles más viejos estaban ausentes, estos grupos más jóvenes de hombres y mujeres participaban más libremente en el diálogo con el Maestro.
Después de pasar dos o tres días con un grupo de doce evangelistas, Jesús seguía viaje para unirse a otro grupo, siendo informado de la ubicación y movimientos de todos estos trabajadores por los mensajeros de David. Siendo esta su primera gira, las mujeres permanecieron buena parte del tiempo con Jesús. Mediante el servicio de mensajeros, cada uno de estos grupos se mantenía plenamente informado sobre el progreso de la gira, la llegada de noticias de los otros grupos era siempre fuente de estímulo para estos trabajadores diseminados y separados.
Antes de su partida, se había acordado de que los doce apóstoles, juntamente con los evangelistas y el cuerpo de mujeres, concurrirían a Nazaret el viernes 4 de marzo para reunirse con el Maestro. Por lo tanto, alrededor de la fecha indicada, estos varios grupos de apóstoles y evangelistas dispersados por Galilea central y meridional comenzaron a convergir hacia Nazaret. Al promediar la tarde, Andrés y Pedro, los últimos en llegar, se encontraron en el campamento preparado por los primeros en llegar, situado en las tierras altas al norte de la ciudad. Fue ésta la primera vez cuando Jesús volvía a Nazaret desde el comienzo de su ministerio público.