AL COMENZAR Jesús de Nazaret los primeros años de su vida adulta, había vivido, y seguía viviendo en la tierra, una vida humana común y corriente. Jesús vino a este mundo como viene cualquier niño humano. Nada tuvo que ver con la selección de sus padres, aunque sí eligió este mundo para llevar a cabo su séptimo y último autootorgamiento, su encarnación en la semejanza de la carne mortal; pero en todos los demás aspectos entró en el mundo de una manera natural, creció como cualquier otro hijo del reino y luchó con las vicisitudes de su ambiente como lo hacen todos los mortales de este mundo y de los otros mundos semejantes.
Tened siempre presente el doble propósito del autootorgamiento de Micael en Urantia:
1. Obtener la maestría de la experiencia en la carne mortal de vivir la vida completa de una criatura humana, o sea la culminación de su soberanía en Nebadon.
2. Revelar el Padre Universal a los moradores mortales de los mundos del tiempo y del espacio y conducir a estos moradores más eficazmente hacia una mejor comprensión del Padre Universal.
Todo beneficio adicional para las criaturas, toda ventaja adicional para el universo serían incidentales y secundarios comparados con los propósitos fundamentales del autootorgamiento mortal.