AUNQUE el Padre Universal resida personalmente en el Paraíso, en el centro mismo de los universos, también está realmente presente en los mundos del espacio en las mentes de sus incontables hijos temporales, porque mora en ellos en forma de Monitores Misteriosos. El Padre eterno está a la vez más lejos que nadie y más íntimamente asociado que nadie con sus hijos mortales planetarios.
Los Ajustadores son la actualidad del amor del Padre encarnado en las almas de los hombres; son la promesa verdadera de la carrera eterna del hombre, aprisionada dentro de la mente mortal; son la esencia de la personalidad perfeccionada de finalista del hombre, que puede anticipar en el tiempo a medida que domina progresivamente la técnica divina de llegar a vivir la voluntad del Padre, paso a paso, a través de la ascensión de universo a universo hasta que realmente alcance la presencia divina de su Padre en el Paraíso.
Dios, habiendo mandado al hombre que sea perfecto, así como él es perfecto, ha descendido en forma de Ajustador para tornarse el socio experiencial del hombre en el logro del destino excelso que ha sido así ordenado. El fragmento de Dios que reside en la mente del hombre es el seguro absoluto y no condicionado de que el hombre puede encontrar al Padre universal en asociación con este Ajustador divino, que vino de Dios para encontrar al hombre y afiliarlo aun en los días de la carne.
Todo mortal que haya visto al Hijo Creador ha visto al Padre Universal, y el que contiene a un Ajustador divino contiene al Padre del Paraíso. Todo mortal que, consciente o inconscientemente, siga la guía de su Ajustador residente vive de acuerdo con la voluntad de Dios. La conciencia de la presencia del Ajustador es conciencia de la presencia de Dios. La fusión eterna del Ajustador con el alma evolucionaria del hombre es una experiencia de hecho de la unión eterna con Dios como asociado universal de la Deidad.
Es el Ajustador el que crea dentro del hombre ese deseo insaciable y ese incesante anhelo de ser como Dios, de alcanzar el Paraíso, y allí, ante la persona actual de la Deidad, adorar la fuente infinita del don divino. El Ajustador es la presencia viva que efectivamente vincula el hijo mortal con su Padre del Paraíso y le atrae cada vez más cerca del Padre. El Ajustador es nuestra igualación compensatoria de la enorme tensión universal creada por la distancia de la separación entre el hombre y Dios y por el grado de su parcialidad en contraste con la universalidad del Padre eterno.
El Ajustador es una esencia absoluta de un ser infinito aprisionada en la mente de una criatura finita que, según la selección de dicho mortal, puede finalmente consumar esta unión temporal de Dios y hombre y verdaderamente actualizar una nueva orden de ser para servicio universal sin fin. El Ajustador es la realidad universal divina que hace hecho la verdad de que Dios es el Padre del hombre. El Ajustador es la brújula cósmica infalible del hombre, que apunta constante e infaliblemente el alma hacia Dios.
En los mundos evolucionarios, las criaturas volitivas atraviesan tres etapas generales de desarrollo del ser: desde la llegada del Ajustador hasta un crecimiento pleno comparativo, unos veinte años de edad en Urantia, los Monitores a veces se denominan Cambiadores de Pensamiento. Desde este momento hasta el alcance de la edad de la discreción, unos cuarenta años, los Monitores Misteriosos se denominan Ajustadores del Pensamiento. Desde el alcance de la discreción hasta la liberación de la carne, frecuentemente se los denomina Controladores del Pensamiento. Estas tres fases de la vida mortal no tienen relación alguna con las tres etapas del progreso del Ajustador en la duplicación de la mente y en la evolución del alma.