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Documento 97
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Evolución del Concepto de Dios Entre los Hebreos

5. El Primer Isaías

97:5.1

Éstos eran aquellos tiempos en los que algunos proclamaban amenazas de castigo por pecados personales y crímenes nacionales entre los clanes del norte mientras que otros predicaban calamidades en retribución de las transgresiones del reino del sur. En este momento de despertar de conciencia y autoconciencia en las naciones hebreas, apareció el primer Isaías.

97:5.2

Isaías predicó la naturaleza eterna de Dios, su sabiduría infinita, su perfección inalterable de confianza. Representó al Dios de Israel diciendo: «Ajustaré el juicio a cordel y a nivel la rectitud». «El Señor te dará reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir». «Y tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: ‘Este es el camino, andad por él’». «He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza y mi canción es el Señor». «‘Venid luego’, dice el Señor, ‘y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana’».

97:5.3

Al hablar de los hebreos dominados por el temor y hambrientos de alma, este profeta dijo: «Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz, y la gloria del Señor ha nacido sobre ti». «El espíritu del Señor está sobre mí porque él me ha ungido; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los humildes; a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de la cárcel». «Me regocijo grandemente en el Señor, mi alma se alegrará en mi Dios, porque me vistió con las vestimentas de salvación y me rodeó de manto de rectitud». «En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su presencia los salvó. En su amor y en su clemencia los redimió»

97:5.4

Este Isaías fue seguido por Miqueas y Abdías, que confirmaron y embellecieron su evangelio que tanto satisfizo el alma. Y estos dos valientes mensajeros denunciaron audazmente los rituales sacerdotales de los hebreos y atacaron temerariamente todo el sistema de sacrificios.

97:5.5

Miqueas denunció a «los jefes que juzgan por cohecho, los sacerdotes que enseñan por precio y los profetas que adivinan por dinero». Enseñó sobre un futuro de libertad de la superstición y del clericalismo, diciendo: «Pero cada hombre se sentará bajo su propia vid, y nadie le infundirá temor, porque toda la gente vivirá, cada uno de acuerdo con su comprensión de Dios».

97:5.6

El mensaje principal de Miqueas fue: «¿Me presentaré ante Dios con ofrendas de holocausto? ¿Se alegrará Dios si le ofrezco mil carneros o diez mil arroyos de aceite? ¿O si le doy a mi primogénito en pago por mi transgresión, el fruto de mi cuerpo por el pecado de mi alma? Oh hombre, él me ha mostrado qué es bueno; y qué es lo que espera el Señor de ti sino que seas justo y que ames la misericordia y que camines humildemente con tu Dios». Y fue una gran edad; eran estos indudablemente tiempos emocionantes, cuando el hombre mortal oyó, y algunos entre ellos aun creyeron, estos mensajes emancipadores más de dos mil quinientos años atrás. Y si no hubiese sido por la resistencia testaruda de los sacerdotes, estos maestros habrían eliminado todo el ceremonial sangriento del ritual de adoración de los hebreos.


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