El atributo más notable del Espíritu Infinito es la omnipresencia. A través de todo el universo de los universos está siempre presente este espíritu que todo lo impregna, y que es tan afín a la presencia de una mente universal y divina. Tanto la Segunda Persona como la Tercera Persona de la Deidad están representadas en todos los mundos por sus espíritus omnipresentes.
El Padre es infinito y por tanto limitado sólo por la volición. En el otorgamiento de los Ajustadores y en la vinculación de personalidad con los circuitos, el Padre actúa solo, pero en el contacto de las fuerzas espirituales con los seres inteligentes, utiliza los espíritus y personalidades del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito. Él, de su propia voluntad, está espiritualmente presente igualmente con el Hijo o con el Actor Conjunto; está presente con el Hijo y en el Espíritu. El Padre con toda seguridad está presente en todas partes, y discernimos su presencia por cualquiera y mediante cualquiera y todas estas fuerzas, influencias y presencias diversas pero asociadas.
En vuestras escrituras sagradas el término Espíritu de Dios parece usarse indistintamente para designar tanto al Espíritu Infinito en el Paraíso como al Espíritu Creador de vuestro universo local. El Espíritu Santo es el circuito espiritual de esta Hija Creadora del Espíritu Infinito del Paraíso. El Espíritu Santo es un circuito inherente para cada universo local y está confinado al reino espiritual de esa creación; pero el Espíritu Infinito es omnipresente.
Existen muchas influencias espirituales, y todas son como una. Incluso la labor de los Ajustadores del Pensamiento, aunque independiente de todas las otras influencias, coincide invariablemente con el ministerio espiritual de las influencias combinadas del Espíritu Infinito y la del Espíritu Materno del universo local. Según operan estas presencias espirituales en la vida de los urantianos, no pueden ser discriminadas. En vuestras mentes y sobre vuestras almas funcionan como un espíritu, no obstante sus diversos orígenes. Y según se experimenta esta ministración espiritual unida, se convierte para vosotros en la influencia del Supremo, «quien siempre puede libraros de flaquezas y presentaros intachables ante vuestro Padre en las alturas».
Recordad siempre que el Espíritu Infinito es el Actor Conjunto; tanto el Padre como el Hijo operan en él y a través de él; él está presente no sólo como él mismo sino también como el Padre y como el Hijo y como el Padre-Hijo. En reconocimiento de esto y por muchas razones adicionales, a la presencia del Espíritu Infinito se la llama a menudo «el espíritu de Dios».
Sería lógico también referirse al enlace de todo ministerio espiritual como el espíritu de Dios, porque tal enlace es verdaderamente la unión de los espíritus de Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu, y Dios el Séptuplo—e incluso el espíritu de Dios el Supremo.