Los seres intermedios primarios tienen su génesis sobre Urantia en una interrelación insólita de lo material y lo espiritual. Sabemos que existen criaturas similares en otros mundos y en otros sistemas, pero se originaron por técnicas disímiles.
Conviene tener siempre presente que los autootorgamientos sucesivos de los Hijos de Dios en un planeta evolutivo producen marcados cambios en la organización espiritual del reino y algunas veces modifican el funcionamiento de la interrelación de las acciones espirituales y materiales de tal forma que crean situaciones efectivamente difíciles de comprender. El estado de los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe Caligastia constituye un ejemplo de estas mismas interrelaciones singulares: En calidad de ciudadanos morontiales ascendentes de Jerusem, eran criaturas supermateriales sin prerrogativas de reproducción. En calidad de servidores planetarios descendentes en Urantia, eran criaturas sexuales materiales, capaces de procrear prole material (tal como lo hicieron posteriormente algunos de ellos). No nos explicamos satisfactoriamente cómo estos cien miembros pudieron desempeñar la función de progenitor a nivel supermaterial; sin embargo, eso es precisamente lo que sucedió. La unión supermaterial (no sexual) de un varón y una mujer del séquito corpóreo resultó en la aparición del primogénito de los seres intermedios primarios.
Se descubrió inmediatamente que una criatura de este orden, que media entre los niveles mortal y angélico, sería de gran utilidad para llevar adelante los asuntos de la sede central del Príncipe y, a cada pareja del séquito corpóreo, se le otorgó permiso, por consiguiente, para producir un ser de esta índole. Este esfuerzo resultó en el primer grupo de cincuenta seres intermedios.
Después de observar la labor de este grupo singular durante un año, el Príncipe Planetario autorizó la reproducción sin restricciones de seres intermedios. Se perpetuó este plan hasta tanto que siguieran gozando de la capacidad de crear, y así nació el cuerpo original de 50.000 miembros.
Transcurría un período de medio año entre la producción de cada ser intermedio, y en cuanto cada pareja engendraba a mil de estos seres, ya no nacían más. No nos explicamos por qué, al aparecer el número mil de la progenie, se agotaba esta capacidad. Por más que se experimentara después del milésimo, jamás dio un resultado positivo.
Estos seres constituyeron el cuerpo de información de la administración del Príncipe. Se desenvolvieron a lo largo y a lo ancho del territorio, estudiando y observando las razas del mundo y prestando sus valiosos servicios al Príncipe y su séquito para la labor de influir sobre la sociedad humana que se encontraba apartada de la sede central del planeta.
Continuó este régimen hasta los trágicos días de la rebelión planetaria, durante los cuales cayó en la trampa un poco más de ochenta por ciento de los seres intermedios primarios. Los miembros leales se pusieron al servicio de los síndicos Melquisedek y funcionaron bajo la dirección titular de Van hasta los días de Adán.