El primer grupo pacífico fue la familia, luego el clan, la tribu, y después, la nación, la cual llegó a ser con el tiempo el estado territorial moderno. Es muy alentador que los grupos pacíficos de hoy en día, hace mucho tiempo ya, se hayan expandido trascendiendo los lazos de la sangre para englobar naciones, a pesar de que las naciones de Urantia siguen gastando cuantiosas sumas en preparativos de guerra.
Los clanes fueron grupos consanguíneos dentro de la tribu, y su existencia se debió a ciertos intereses comunes, como por ejemplo:
1. Su origen se remontaba a un antepasado común.
2. Eran leales a un tótem religioso común.
3. Hablaban el mismo dialecto.
4. Compartían un lugar de residencia común.
5. Temían a los mismos enemigos.
6. Tenían una experiencia castrense común.
Los caudillos del clan siempre estaban subordinados al cacique de la tribu, siendo los protogobiernos tribales una confederación de clanes sin cohesión. Los aborígenes australianos nunca desarrollaron una forma tribal de gobierno.
Los caciques de paz del clan solían llegar a regir por la línea materna; la línea paterna establecía a los caciques de guerra de la tribu. Las cortes de los caciques tribales y reyes primitivos consistían en las cabezas de los clanes, a quienes se acostumbraba invitar ante la presencia del rey varias veces al año; ésto le permitía vigilarlos y granjearse mejor su cooperación. Los clanes desempeñaban un servicio valioso en el autogobierno local, pero retrasaron considerablemente el desarrollo de naciones grandes y fuertes.