No olvidéis que se nos asignó Urantia como mundo de vida experimental. En este planeta hicimos nuestro sexagésimo intento de modificar y, de ser posible, mejorar la adaptación sataniana de los proyectos de vida nebadónicos, y consta que logramos numerosas modificaciones beneficiosas de los modelos de vida comunes. Para concretar, en Urantia hemos producido y demostrado de manera satisfactoria no menos de veintiocho características de modificación de la vida que le serán útiles a todo Nebadon en todo lo venidero.
Pero, el establecimiento de la vida en un planeta nunca es de carácter experimental en el sentido de que lo que no se ha probado o no se conozca se someta a prueba. La evolución de la vida es una técnica eternamente progresiva, diferencial y variable, pero nunca fortuita, incontrolada, ni del todo experimental, en el sentido casual.
Muchas características de la vida humana ofrecen abundantes pruebas de que el fenómeno de la existencia mortal se planeó con inteligencia, y de que la evolución orgánica no es una mera casualidad cósmica. Cuando una célula viviente se daña, dispone de la capacidad de elaborar ciertas sustancias químicas que están facultadas para estimular y activar las células normales adyacentes de tal modo que éstas comienzan inmediatamente la secreción de ciertas sustancias que facilitan los procesos curativos en la lesión; a la par, estas células normales no lesionadas comienzan a proliferar—de hecho emprenden la creación de nuevas células para reemplazar toda célula compañera que pudiese haber sido destruida por este daño.
Esta acción y reacción química implicada en sanar la herida y reproducir las células es el resultado de haber optado los Portadores de Vida por una fórmula que engloba más de cien mil fases y características de reacciones químicas y repercusiones biológicas posibles. Sobrepasan medio millón los experimentos específicos realizados por los Portadores de Vida en sus laboratorios antes de acordar en esta fórmula para el experimento de la vida en Urantia.
El día que sepan más acerca de estos químicos curativos los científicos de Urantia, llegarán a ser más eficientes en el tratamiento de las lesiones, e indirectamente sabrán más acerca del control de ciertas enfermedades graves.
Desde que se estableció la vida en Urantia, los Portadores de Vida han mejorado esta técnica sanadora, por cuanto se ha introducido en otro mundo de Satania, y ofrece más alivio al dolor y ejerce mejor control sobre la capacidad de proliferación que tienen las células normales adyacentes.
Hubo muchos rasgos singulares del experimento de la vida en Urantia, pero se destacan dos episodios: la aparición de la raza andónica anteriormente a la evolución de los seis pueblos de color y la aparición simultánea posterior de los mutantes sangik en una sola familia. Urantia es el primer mundo de Satania donde las seis razas de color nacieron de la misma familia humana. Suelen surgir de diversas variedades a partir de mutaciones independientes dentro de la descendencia animal prehumana y suelen aparecer en la tierra una por una y sucesivamente a través de plazos prolongados, comenzando con el hombre rojo, pasando por todos los colores, hasta el índigo.
Otra destacada variación del procedimiento fue la llegada tardía del Príncipe Planetario. De costumbre, el príncipe aparece en un planeta alrededor del momento del desarrollo de la voluntad; y si se hubiera seguido tal esquema, Caligastia bien pudiera haber venido a Urantia ya durante la vida de Andón y Fonta en vez de casi quinientos mil años más tarde, simultáneamente con la aparición de las seis razas sangik.
A un mundo habitado ordinario, se le habría otorgado un Príncipe Planetario a petición de los Portadores de Vida durante la aparición de Andón y Fonta, o bien, en algún momento posterior a ella. Pero, debido a que a Urantia se le había designado como planeta de modificación de vida, mediante un acuerdo previo se enviaron los observadores Melquizedek, doce en total, como consejeros de los Portadores de Vida y en cuanto supervisores del planeta hasta el advenimiento subsiguiente del Príncipe Planetario. Estos Melquizedek llegaron en el momento en que Andón y Fonta tomaron las decisiones que permitieron que los Ajustadores del Pensamiento habitaran en su mente mortal.
En Urantia los esfuerzos de los Portadores de Vida para mejorar los modelos de vida satanianos resultaron forzosamente en la producción de muchas formas transitorias de vida, en apariencia inútiles. No obstante, los beneficios ya acumulados bastan para justificar las modificaciones urantianas de los conceptos de vida ordinarios.
Pretendimos producir una manifestación temprana de la voluntad en la vida evolucionaria de Urantia, y lo logramos. De ordinario, la voluntad no surge hasta mucho tiempo después de la aparición de las razas de color y suele darse por primera vez entre los tipos superiores del hombre rojo. Vuestro mundo es el único planeta de Satania donde el tipo humano de voluntad ha aparecido en una raza anterior a las de color.
Pero al esforzarnos por disponer aquella combinación y asociación de factores hereditarios que, a la postre, darían lugar a los antepasados mamíferos de la raza humana, nos vimos en la necesidad de permitir que se produjeran cientos de miles de otras combinaciones y asociaciones de factores hereditarios comparativamente inútiles. Al remontaros al pasado del planeta, seguramente os tropezaréis con gran parte de estos subproductos de nuestros esfuerzos, productos que os parecerán extraños; bien comprendo lo enigmático que algunas de estas cosas le resultan a la limitada perspectiva de los humanos.