Los Portadores de Vida están dotados de potenciales de metamorfosis de la personalidad, los cuales no poseen sino pocas órdenes de criaturas. Estos Hijos del universo local son capaces de funcionar en tres fases diversas del ser. Suelen desempeñar sus deberes en calidad de Hijos de la fase intermedia, siendo ésta el estado de su origen. Sin embargo, no es posible que un Portador de Vida en tal etapa de la existencia funcione en los dominios electroquímicos en cuanto fabricante que convierte las energías físicas y partículas materiales en unidades de existencia viviente.
Los Portadores de Vida pueden funcionar y, en efecto, funcionan en los tres niveles siguientes:
1. El nivel físico de la electroquímica.
2. La fase de la existencia cuasimorontial, que es su fase usual.
3. El nivel semiespiritual avanzado.
Cuando los Portadores de Vida se aparejan a embarcarse en la implantación de la vida, después de haber seleccionado los emplazamientos para tal empresa, convocan a la comisión de los arcángeles para la transmutación de los Portadores de Vida. Este grupo consta de diez órdenes de diversas personalidades que incluye a los controladores físicos y sus asociados, y lo preside el jefe de los arcángeles, quien actúa en esta capacidad por mandato de Gabriel y con permiso de los Ancianos de los Días. Cuando se disponen los circuitos de forma debida a estos entes, pueden efectuar en los Portadores de Vida modificaciones que les permitirán funcionar inmediatamente a los niveles físicos de la electroquímica.
Después de formularse los modelos de vida y de llevarse debidamente a término las organizaciones materiales, se activan sin tardanza las fuerzas supermateriales implicadas en la propagación de la vida y entonces ya existe la vida. En este momento, a los Portadores de Vida se les restituye inmediatamente a su acostumbrada fase inter-media de existencia de la personalidad, en cuyo estado pueden manipular las unidades vivientes y guiar los organismos en evolución, aun cuando se les despoja de toda capacidad de organizar, crear, nuevos modelos de materia viviente.
Después de lograr cierto nivel la evolución orgánica y de aparecer el libre albedrío de tipo humano en los organismos superiores que van evolucionando, los Portadores de Vida han de abandonar el planeta, o bien hacer votos de renunciación; es decir, han de prometer solemnemente abstenerse de todo intento ulterior de influir en el curso de la evolución orgánica. Cuando tales votos son hechos voluntariamente por aquellos Portadores de Vida que optan por permanecer en el planeta con carácter de asesores futuros a los que se les encomendará el fomento de las criaturas volitivas que acaban de evolucionar, se convoca una comisión de doce miembros, presidida por el jefe de las Estrellas Vespertinas, actuando por autoridad del Soberano del Sistema y con la venia de Gabriel; y en el acto, se transmutan estos Portadores de Vida a la tercera fase de la existencia de la personalidad—el nivel semiespiritual del ser. Vengo funcionando en Urantia en esta tercera fase de existencia desde los tiempos de Andón y Fonta.
Anticipamos con placer la época en que el universo llegue a la etapa de luz y vida, para cuando una posible cuarta etapa de ser en la cual seremos totalmente espirituales; pero nunca se nos ha divulgado mediante qué técnica podemos lograr este estado avanzado y deseable.