Hacia el final del período precedente las tierras de la parte nordeste de Norteamérica y de Europa septentrional se elevaron en gran escala, alzándose vastas áreas de Norteamérica a niveles superiores a los 9.000 metros. Antiguamente prevaleció un clima templado sobre estas regiones septentrionales; las aguas árticas podían evaporarse, y siguieron estando libres de hielo casi hasta el final del período glacial.
Simultáneamente con estas elevaciones terrestres las corrientes oceánicas se desplazaron, y los vientos estacionales cambiaron de dirección. Estas condiciones, a la larga, produjeron una precipitación de humedad casi constante a causa del movimiento de la atmósfera densamente saturada sobre las tierras altas septentrionales. Empezó a caer nieve sobre estas regiones elevadas y, por lo tanto, frías, y continuó cayendo hasta alcanzar una profundidad de 6.000 metros. Las áreas donde la nieve era más profunda, junto con la altura, determinaron los puntos centrales de los subsiguientes flujos de presión glacial. El período glaciar perduró hasta tanto continuó esta excesiva precipitación cubriendo las tierras altas del norte con este enorme manto de nieve, que al poco tiempo, se transformó en hielo macizo, pero ambulante.
Las grandes capas de hielo de este período estaban ubicadas sobre tierras altas, no en las regiones montañosas donde se encuentran hoy día. La mitad del hielo glacial estaba en Norteamérica, un cuarto en Eurasia y un cuarto en otras partes, principalmente en la Antártida. A África le afectó poco el hielo, pero Australia sí estuvo casi totalmente cubierta con el manto de hielo antártico.
Las regiones septentrionales de este mundo experimentaron seis invasiones de hielo separadas y distintivas, aunque hubo una multitud de avances y retrocesos relacionados con la actividad de cada una de las capas glaciales. En Norteamérica, el hielo se acumuló en dos y posteriormente, tres centros. Groenlandia estaba cubierta de hielo, e Islandia estaba sepultada por completo bajo el caudal helado. En Europa el hielo, en varias ocasiones, cubrió las Islas Británicas con excepción de la costa meridional de Inglaterra, y se extendió sobre Europa occidental bajando hasta Francia.
Hace 2.000.000 de años el primer glaciar norteamericano comenzó su avance hacia el sur. Había empezado la edad del hielo, y este glaciar tomó cerca de un millón de años para avanzar desde los centros de presión septentrionales y retirarse nuevamente hacia ellos. La capa central de hielo se extendía hacia el sur hasta Kansas; los centros glaciares del este y oeste, en ese momento, no eran tan extensos.
Hace 1.500.000 años el primer gran glaciar se retiró hacia el norte. Entre tanto, enormes cantidades de nieve habían caído sobre Groenlandia y la parte nordeste de Norteamérica, y al poco tiempo, esta masa oriental de hielo empezó a deslizarse hacia el sur. Ésta constituyó la segunda invasión glacial.
Estas dos primeras invasiones de hielo no fueron extensas en Eurasia. Durante estas épocas primitivas del período glacial Norteamérica fue invadida por mastodontes, mamutes lanudos, caballos, camellos, ciervos, toros almizclenos, bisontes, perezosos terrestres, castores gigantescos, tigres de dientes de sable, perezosos tan grandes como elefantes y muchos grupos de las familias felina y canina. Mas, desde este momento en adelante, se fueron reduciendo a un ritmo acelerado a causa del creciente frío del período glacial. Hacia el final de la edad glacial la mayoría de estas especies animales ya se habían extinguido en Norteamérica.
Las especies de vida terrestre y acuática del mundo que se hallaban apartadas del hielo cambiaron poco. Entre las invasiones glaciales, el clima era casi tan benigno como lo es presentemente, tal vez un poco más caluroso. Después de todo, los glaciales eran fenómenos locales, aunque se extendieron hasta cubrir inmensas áreas de superficie. El clima costero cambió considerablemente entre los tiempos de inactividad glacial y aquellos tiempos en que los colosales icebergs se desprendían de la costa de Maine hacia el Atlántico, escabulléndose por Puget Sound al Pacífico, pasando estruendosamente por los fiordos noruegos hacia el Mar del Norte.