El Absoluto No Cualificado y el Absoluto de Deidad son unificados en el Absoluto Universal. Los Absolutos son coordinados en el Último, condicionados en el Supremo, y modificados espacio-temporalmente en Dios el Séptuple. En los niveles subfinitos hay tres Absolutos, pero en la infinidad parecen ser uno. En el Paraíso hay tres personalizaciones de la Deidad, pero en la Trinidad ellos son una.
La principal propuesta filosófica del universo maestro es ésta: ¿Existía el Absoluto (los tres Absolutos como uno en la infinidad) antes de la Trinidad? y ¿es el Absoluto anterior a la Trinidad? o ¿es la Trinidad antecedente al Absoluto?
¿Es el Absoluto No Cualificado una presencia de fuerza independiente de la Trinidad? ¿Connota la presencia del Absoluto de Deidad la función ilimitada de la Trinidad? ¿Es el Absoluto Universal la función final de la Trinidad, aun la Trinidad de las Trinidades?
A primera vista, un concepto del Absoluto como antepasado de todas las cosas—aun de la Trinidad– parece ofrecer satisfacción transitoria al gratificar los requisitos de la lógica y los de la unificación filosófica, pero la realidad de la eternidad de la Trinidad del Paraíso inválida toda conclusión de este tipo. Se nos enseña, y nosotros creemos, que el Padre Universal y sus asociados de la Trinidad son eternos en su naturaleza y existencia. Por lo tanto no hay sino una conclusión filosófica lógica, que es: El Absoluto es, para todas las inteligencias universales, la reacción impersonal y coordinada de la Trinidad (o Trinidades) a todas las situaciones espaciales básicas y primarias, intrauniversales y extra-universales. Para todas las inteligencias de personalidad en el gran universo la Trinidad del Paraíso para siempre se erige en finalidad, eternidad, supremacía y ultimidad y, para todos los propósitos prácticos de la comprensión personal y realización de la criatura, como absoluto.
A medida que la mente de las criaturas considera este problema, se ve llevada al postulado final del YO SOY universal como causa primaria de la fuente no demarcada tanto de la Trinidad como del Absoluto. Cuando, por lo tanto, anhelamos tener un concepto personal del Absoluto, regresamos a nuestras ideas e ideales del Padre del Paraíso. Cuando deseamos facilitar la comprensión o aumentar la conciencia de este Absoluto por otra parte impersonal, volvemos al hecho de que el Padre Universal es el Padre existencial de personalidad absoluta; el Hijo Eterno es la Persona Absoluta aunque no, en el sentido experiencial, la personalización de lo Absoluto. Y de ahí seguimos visualizando las Trinidades experienciales como culminando en la personalización experiencial del Absoluto de Deidad, mientras que concebimos el Absoluto Universal como constituyendo los fenómenos universales y extrauniversales de la presencia manifiesta de las actividades impersonales de las asociaciones unificadas y coordinadas de Deidad de la supremacía, la ultimidad y la infinidad—la Trinidad de Trinidades.
Dios el Padre es discernible en todos los niveles desde los finitos hasta los infinitos, y aunque sus criaturas desde el Paraíso hasta los mundos evolucionarios lo han percibido en forma variable, sólo el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito le conocen como una infinidad.
La personalidad espiritual es absoluta sólo en el Paraíso, y el concepto de lo Absoluto es incondicionado sólo en la infinidad. La presencia de la Deidad es absoluta solamente en el Paraíso y la revelación de Dios debe siempre ser parcial, relativa y progresiva hasta que su poder se vuelva experiencialmente infinito en la potencia espacial del Absoluto No Cualificado, mientras que su manifestación de personalidad se torna experiencialmente infinita en la presencia manifiesta del Absoluto de Deidad, y mientras estos dos potenciales de infinidad se tornan realidad-unificados en el Absoluto Universal.
Pero más allá de los niveles subfinitos los tres Absolutos son uno, y de esta manera la infinidad está realizada por parte de la Deidad sin tener en cuenta la posibilidad de que cualquier otra orden de la existencia autorrealice en cualquier momento la conciencia de la infinidad.
El estado existencial en la eternidad implica autoconciencia existencial de infinidad, aunque pueda requerirse otra eternidad para experimentar la autorrealización de las potencialidades experienciales inherentes en una infinidad de eternidad—una infinidad eterna.
Y Dios el Padre es la fuente personal de todas las manifestaciones de la Deidad y de realidad para todas las criaturas inteligentes y los seres espirituales en todo el universo de los universos. Como personalidad, ahora, o en sucesivas experiencias universales del futuro eterno, no importa si alcanzas el logro de Dios el Séptuple, comprendes a Dios el Supremo, encuentras a Dios el Último, o intentas aferrar el concepto de Dios el Absoluto, en todo caso descubrirás para tu satisfacción eterna que en la consumación de cada aventura, tú, en nuevos niveles experienciales, vuelves a descubrir al Dios eterno—el Padre Paradisiaco de todas las personalidades del universo.
El Padre Universal es la explicación de la unidad universal tal como debe ser suprema, aun últimamente, comprendida en la unidad post-última de los valores y significados absolutos—la Realidad no demarcada.
Los Organizadores Decanos de la Fuerza salen al espacio y movilizan sus energías tanto como se tornan responsivas a la gravedad, a la atracción Paradisiaca del Padre Universal; y posteriormente llegan los Hijos Creadores, quienes organizan estas fuerzas que responden a la gravedad en universos habitados y en ellos evolucionan criaturas inteligentes que reciben dentro de ellos el espíritu del Padre del Paraíso y posteriormente ascienden al Padre para volverse como él en todos los atributos posibles de divinidad.
La marcha incesante y expansiva de las fuerzas creadoras Paradisiacas a través del espacio parece presagiar el dominio en constante ampliación de la atracción gravitacionaria del Padre Universal y la multiplicación sin fin de los distintos tipos de criaturas inteligentes que son capaces de amar a Dios y ser amadas por él y que, al volverse así conocedoras de Dios, pueden elegir ser como él, pueden elegir alcanzar el Paraíso y encontrar a Dios.
El universo de universos está completamente unificado. Dios es uno en poder y personalidad. Existe coordinación en todos los niveles de energía y en todas las fases de personalidad. Filosófica y experiencialmente, en concepto y en realidad, todas las cosas y los seres tienen su centro en el Padre del Paraíso. Dios es todo y está en todos, y ninguna cosa ni ser existe sin él.