Así como la gravedad mental universal está centrada en el Paraíso en la presencia personal del Espíritu Infinito, del mismo modo la gravedad espiritual universal se centra en el Paraíso en la presencia personal del Hijo Eterno. El Padre Universal es uno, pero se revela al tiempo y al espacio en el fenómeno dual de la energía pura y del espíritu puro.
Las realidades espirituales paradisiacas son del mismo modo una sola, pero en todas las situaciones y relaciones espacio-temporales, este espíritu único es revelado en los fenómenos duales de las personalidades y emanaciones espirituales del Hijo Eterno y de las personalidades e influencias espirituales del Espíritu Infinito y de las creaciones asociadas; y aún existe un tercer fenómeno—las fragmentaciones de espíritu puro– los Ajustadores del Pensamiento y otras entidades espirituales prepersonales que otorga el Padre.
Sea cual fuere el nivel de actividades en el universo en el que puedas encontrar los fenómenos espirituales o ponerte en contacto con seres espirituales, puedes saber que todos ellos derivan del Dios que es espíritu, por el ministerio del Hijo de Espíritu y del Espíritu Infinito de Mente. Y este espíritu que todo lo abarca actúa como fenómeno en los mundos evolucionarios del tiempo según se lo dirige desde las sedes centrales de los universos locales. Desde estas capitales de los Hijos Creadores proviene el Espíritu Santo y el Espíritu de la Verdad, juntamente con el ministerio de los espíritus ayudantes de la mente, hasta los niveles más bajos y evolutivos de las mentes materiales.
Aunque la mente está más unificada en el nivel de los Espíritus Rectores en asociación con el Ser Supremo como mente cósmica en subordinación a la Mente Absoluta, el ministerio espiritual para los mundos en evolución está más directamente unificado en las personalidades residentes en las sedes centrales de los universos locales y en las personas de las Ministras Divinas que los presiden, y que a su vez están correlacionadas perfectamente con el circuito de la gravedad paradisiaca del Hijo Eterno, en donde ocurre la unificación final de todas las manifestaciones espirituales del tiempo y del espacio.
La existencia perfeccionada de las criaturas puede obtenerse, mantenerse, y eternizarse por la fusión de la mente autoconsciente con un fragmento de la dote espiritual pre-Trinitaria de una de las personas de la Trinidad del Paraíso. La mente mortal es la creación de los Hijos e Hijas del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito, y, cuando se fusiona con el Ajustador del Pensamiento proveniente del Padre, comparte en la dote espiritual triple de los reinos evolucionarios. Pero estas tres expresiones de espíritu se tornan perfectamente unificadas en los finalistas, aun como estaban unificadas así en la eternidad en el Universal YO SOY antes de que él jamas se volviese el Padre Universal del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito.
El espíritu debe siempre y últimamente volverse triple en expresión y unificado en la Trinidad en la realización final. El espíritu se origina de una fuente a través de una expresión triple; y en finalidad debe alcanzar y así lo hace su plena realización en esa unificación divina que se experimenta al encontrar a Dios—calidad de uno solo con la divinidad– en la eternidad, y por medio del ministerio de la mente cósmica de la expresión infinita del verbo eterno del pensamiento universal del Padre.