Cuando todo un sistema se establece en la vida, se inaugura un nuevo orden de gobierno. Los Soberanos Planetarios entran a formar parte del cónclave del sistema, y este nuevo cuerpo administrativo, sujeto al veto de los Padres de la Constelación, es supremo en autoridad. Dicho sistema de mundos habitados se vuelve virtualmente autogobernante. Se constituye la asamblea legislativa del sistema en el mundo sede central, y cada planeta envía sus diez representantes a él. Ya por esta etapa los tribunales están establecidos en las capitales del sistema, y solamente las apelaciones se llevan a la sede central del universo.
Con el establecimiento del sistema, el Centinela Asignado representante del Ejecutivo Supremo del superuniverso, se vuelve el consejero voluntario del tribunal supremo del sistema y en efecto el funcionario que preside la nueva asamblea legislativa.
Después del establecimiento de un entero sistema en luz y vida los Soberanos de Sistema ya no irán de aquí para allá. El soberano permanece perpetuamente a la cabeza de su sistema. Los soberanos asistentes continúan cambiando como en las edades anteriores.
Durante esta época de estabilización, por primera vez llegan los midsonitas desde los mundos sede central del universo en los que residen para actuar como consejeros ante las asambleas legislativas y como asesores para los tribunales de adjudicación. Estos midsonitas también realizan ciertos esfuerzos para inculcar nuevos significados mota de valor supremo en las empresas de enseñanza que patrocinan conjuntamente con los finalistas. Lo que hicieron los Hijos Materiales biológicamente para las razas mortales, las criaturas midsonitas hacen ahora para estos humanos unificados y glorificados en los reinos en constante avance de la filosofía y del pensamiento espiritualizado.
En los mundos habitados los Hijos Instructores se vuelven colaboradores voluntarios de los finalistas, y estos mismos Hijos Instructores también acompañan a los finalistas a los mundos de estancia cuando estas esferas ya no se utilizan como mundos diferenciales de recepción, una vez que todo el sistema está establecido en luz y vida; por lo menos esto ocurre al tiempo en que la constelación entera ha evolucionado así. Pero no existen grupos tan avanzados en Nebadon.
No se nos permite revelar la naturaleza de la tarea de los finalistas que supervisarán dicha rededicación de los mundos de estancia. Sin embargo se os ha informado que existen en todos los universos varios tipos de criaturas inteligentes que no han sido descritos en estas narrativas.
Ahora, a medida que los sistemas uno por uno se van estableciendo en luz por virtud del progreso de sus mundos componentes, llega el momento en que el último sistema en una constelación dada alcanza la estabilización, y los administradores universales—el Hijo Soberano, el Unión de los Días, y la Brillante Estrella Matutina– llegan a la capital de la constelación para proclamar a los Altísimos como líderes incondicionales de la familia recién perfeccionada de cien sistemas establecidos de mundos habitados.