Cuando un universo se establece en luz y vida, poco después entra en los circuitos superuniversales establecidos, y los Ancianos de los Días proclaman el establecimiento del concilio supremo de autoridad ilimitada. Este nuevo cuerpo gobernante consiste en cien Fieles de los Días presididos por el Unión de los Días, y la primera acción de este concilio supremo consiste en reconocer la soberanía continuada del Hijo Creador Mayor.
La administración universal, en cuanto se refiere a Gabriel y al Padre Melquisedek, permanece sin cambios. Este concilio de autoridad ilimitada se ocupa principalmente de los nuevos problemas y las nuevas condiciones que surgen del estado avanzado de luz y vida.
El Inspector Asociado moviliza ahora a todos los Centinelas Asignados para constituir el cuerpo de estabilización del universo local y solicita del Padre Melquisedek que comparta su supervisión con él. Ahora, por primera vez, se asigna un cuerpo de Espíritus Inspirados Trinitarios al servicio del Unión de los Días.
El establecimiento de un entero universo local en luz y vida inaugura profundos reajustes en el entero esquema de administración, desde los mundos habitados específicos hasta la sede central del universo. Las nuevas relaciones llegan hasta las constelaciones y los sistemas. El Espíritu Materno del universo local experimenta nuevas relaciones de enlace con el Espíritu Rector del superuniverso, y Gabriel establece contacto directo con los Ancianos de los Días para que éste funcione en caso de ausencia del Hijo Mayor de su sede central.
Durante esta edad y las subsiguientes, los Hijos Magisteriales continúan funcionando como adjudicadores dispensionales, mientras que cien de estos Hijos Avonales Paradisiacos constituyen el nuevo alto concilio de la Brillante Estrella Matutina en la capital del universo. Más adelante, y por solicitud de los Soberanos de los Sistemas, uno de estos Hijos Magisteriales se volverá el consejero supremo estacionado en el mundo sede central de cada sistema local hasta que se logre la séptima etapa de unidad.
Durante esta época los Hijos Instructores Trinitarios son consejeros voluntarios, no sólo para con los Soberanos Planetarios, sino que en grupos de tres sirven similarmente a los Padres de las Constelaciones. Finalmente estos Hijos encuentran su lugar en el universo local, porque en este momento se los quita de la jurisdicción de la creación local y se los asigna al servicio del concilio supremo de autoridad ilimitada.
El cuerpo finalista, reconoce ahora por primera vez, la jurisdicción de una autoridad fuera del Paraíso: el concilio supremo. Hasta ese momento los finalistas no reconocían supervisión alguna de este lado del Paraíso.
Los Hijos Creadores de estos universos establecidos pasan gran parte de su tiempo en el Paraíso y en sus mundos asociados, y asesorando a los numerosos grupos finalistas que sirven en toda la creación local. De esta manera el hombre Micael encontrará una fraternidad más plena de asociación con los mortales finalistas glorificados.
La especulación sobre la función de estos Hijos Creadores en relación con los universos exteriores ahora en proceso de asamblea preliminar es totalmente inútil. Pero todos nos ocupamos de vez en cuando en tales especulaciones. Al alcanzar esta cuarta etapa de desarrollo el Hijo Creador se libera en cuanto a la administración; la Ministra Divina combina progresivamente su ministerio con el del Espíritu Rector del superuniverso y del Espíritu Infinito. Parece haber en evolución una nueva y sublime relación entre el Hijo Creador, el Espíritu Creativo, las Estrellas Vespertinas, los Hijos Instructores, y el cuerpo finalista en constante aumento.
Si Micael fuera a abandonar Nebadon, Gabriel indudablemente se volvería el administrador en jefe con el Padre Melquisedek como su asociado. Al mismo tiempo se impartiría un nuevo estado a todas las órdenes de ciudadanía permanente, tales como los Hijos Materiales, los univitatia, los midsonitas, los susatia, y los mortales fusionados con el Espíritu. Pero hasta tanto continúa la evolución, se requerirán serafines y arcángeles en la administración universal.
Estamos sin embargo satisfechos en cuanto a dos aspectos de nuestras especulaciones: si los Hijos Creadores están destinados a los universos exteriores, las Ministras Divinas indudablemente los acompañarán. Estamos igualmente seguros de que los Melquisedek han de permanecer con el universo de su origen. Opinamos que los Melquisedek están destinados a jugar un papel de responsabilidad siempre en aumento en el gobierno y administración del universo local.