El Hijo autootorgador es el Príncipe de la Paz. Llega con el mensaje, «Paz sobre la tierra y buena voluntad entre los hombres». En los mundos normales esta es una dispensación de paz mundial; las naciones ya no se aprenden la guerra. Pero estas influencias saludables no acompañaron la llegada de vuestro Hijo de autootorgamiento, Cristo Micael. Urantia no procede en el orden normal. Vuestro mundo está fuera del ritmo de la procesión planetaria. Vuestro Maestro, cuando estaba en la tierra, advirtió a sus discípulos que su advenimiento no traería el usual reino de paz en Urantia. Él les dijo claramente que habría «guerra y rumores de guerra», y que las naciones se sublevarían contra las naciones. En otro momento dijo: «No penséis que he venido para traer paz a la tierra».
Aun en los mundos evolucionarios normales, la realización de la hermandad mundial del hombre no es una tarea fácil. En un planeta confuso y desordenado como Urantia, dicha realización requiere un tiempo más largo y necesita mucho mayor esfuerzo. La evolución social en sí misma y sin ayuda difícilmente puede lograr resultados tan felices en una esfera espiritualmente aislada. La revelación religiosa es esencial para la realización de la hermandad en Urantia. Aunque Jesús ha mostrado el camino para el logro inmediato de la hermandad espiritual, la realización de la hermandad social en vuestro mundo depende mucho del logro de las siguientes transformaciones personales y ajustes planetarios:
1. Fraternidad social. Multiplicación del contacto social internacional e interracial y asociaciones fraternas mediante los viajes, el comercio, y los juegos competitivos. Desarrollo de un lenguaje común y multiplicación de multilingüistas. Intercambio racial y nacional de estudiantes, maestros, industriales y filósofos religiosos.
2. Fertilización intelectual cruzada. La hermandad es imposible en un mundo cuyos habitantes son tan primitivos que no reconocen la locura del egoísmo sin mitigación. Debe ocurrir un intercambio de literatura nacional y racial. Cada raza debe familiarizarse con el pensamiento de todas las otras razas; cada nación debe conocer los sentimientos de todas las naciones. La ignorancia produce la sospecha, y la sospecha es incompatible con la actitud esencial de compasión y amor.
3. Despertar ético. Sólo la conciencia ética puede desenmascarar la inmoralidad de la intolerancia humana y el pecado de la lucha fratricida. Sólo una conciencia moral puede condenar los males de la envidia nacional y de los celos raciales. Sólo los seres morales pueden buscar jamás ese discernimiento espiritual que es esencial para vivir la regla de oro.
4. Sabiduría política. La madurez emocional es esencial para el autocontrol. Sólo la madurez emocional puede asegurar la sustitución de las técnicas internacionales de adjudicación civilizada por el arbitraje bárbaro de la guerra. Algún día los estadistas sabios trabajarán para el bienestar de la humanidad aun mientras intentan promover el interés de sus grupos nacionales o raciales. La sagacidad política egoísta es en último término suicida—destructiva de todas aquellas cualidades duraderas que aseguran la supervivencia planetaria del grupo.
5. Discernimiento espiritual. La hermandad del hombre está, después de todo, basada en el reconocimiento de la paternidad de Dios. La manera más rápida de realizar la hermandad del hombre en Urantia consiste en efectuar la transformación espiritual de la humanidad de hoy en día. La única técnica para acelerar la tendencia natural de la evolución social es la de aplicar presión espiritual desde arriba, aumentando así el discernimiento moral y enalteciendo al mismo tiempo la capacidad del alma de cada mortal para comprender y amar a todos los demás mortales. La comprensión mutua y el amor fraterno son civilizadores trascendentales y factores poderosos en la realización mundial de la hermandad del hombre.
Si pudieras ser trasplantado de vuestro mundo atrasado y confuso a un planeta normal que vive ahora la edad después del autootorgamiento de un Hijo, pensarías que has sido trasladado al cielo de vuestras tradiciones. Difícilmente podrías creer que estás observando la evolución normal de una esfera mortal habitada por los seres humanos. Estos mundos están dentro de los circuitos espirituales de su reino, y disfrutan de todas las ventajas de las emisiones universales y de los servicios de reflexividad del superuniverso.