En los mundos habitados los Hijos e Hijas Materiales construyen muy pronto sus moradas jardín, con la ayuda de sus propios hijos. Usualmente el Príncipe Planetario ha seleccionado la ubicación del jardín y su séquito corpóreo hace mucho de la tarea preliminar de preparación con la ayuda de muchos de los tipos más elevados de las razas nativas.
Estos jardines del Edén se llaman así en honor de Edentia, la capital de la constelación, y porque se modelan de acuerdo con la grandeza botánica del mundo sede central de los Padres Altísimos. Estas moradas jardín usualmente están ubicadas en una sección apartada de una zona cerca de los trópicos. Son creaciones maravillosas en un mundo promedio. Nada podéis juzgar de estos bellos centros de cultura a partir del recuento fragmentario del desarrollo fracasado de dicha empresa en Urantia.
Un Adán y Eva Planetarios son, en potencia, el don pleno de la gracia física para las razas mortales. La actividad principal de dicha pareja importada consiste en multiplicar y elevar a los hijos del tiempo. Pero no hay mezcla inmediata entre el pueblo del jardín y los del mundo. Durante muchas generaciones Adán y Eva permanecen biológicamente segregados de los mortales evolucionarios mientras construyen una raza fuerte de su propia orden. Esto es el origen de la raza violeta en los mundos habitados.
Los planes para la elevación de la raza son preparados por el Príncipe Planetario y su séquito y ejecutados por Adán y Eva. Y fue aquí donde vuestro Hijo Material y su compañera se encontraron en gran desventaja cuando llegaron a Urantia. Caligastia ofreció hábil y eficaz oposición a la misión Adánica; y a pesar de que los síndicos Melquisedek de Urantia habían debidamente advertido tanto a Adán como a Eva sobre los peligros planetarios inherentes a la presencia del Príncipe Planetario rebelde, este archirrebelde, mediante una astuta estratagema, le ganó a la pareja edénica y los hizo caer en una trampa de violación del convenio de su fideicomiso como gobernantes visibles de vuestro mundo. El traicionero Príncipe Planetario triunfó en comprometer a vuestro Adán y Eva, pero fracasó en su esfuerzo de hacerlos caer en la rebelión de Lucifer.
La quinta orden de ángeles, los auxiliares planetarios, está vinculada a la misión adánica, acompañando siempre a los Adanes Planetarios en sus aventuras mundiales. El cuerpo asignado inicialmente es usualmente de alrededor de cien mil. Cuando se lanzó prematuramente la tarea de Adán y Eva urantianos, cuando se desviaron del plan ordenado, fue una de las Voces seráficas del Jardín quien los amonestó por su conducta reprochable. Vuestra narrativa de este acontecimiento ilustra bien la manera en la cual vuestras tradiciones planetarias han tendido a ascribir todo lo sobrenatural al Señor Dios. Debido a esto, los urantianos, frecuentemente se sienten confundidos en cuanto a la naturaleza del Padre Universal, puesto que tan generalmente se le han atribuido las palabras y acciones de todos sus asociados y subordinados. En el caso de Adán y Eva, el ángel del Jardín no era sino el jefe de los auxiliares planetarios en servicio por entonces. Este serafín, Solonia, proclamó el fracaso del plan divino y solicitó el regreso de los síndicos Melquisedek a Urantia.
Los seres intermedios secundarios son característicos de las misiones adánicas. Como ocurre con el séquito corpóreo del Príncipe Planetario, los descendientes de los Hijos e Hijas Materiales son de dos órdenes: sus niños físicos y la orden secundaria de seres intermedios. Estos ministros planetarios materiales pero generalmente invisibles, contribuyen mucho al avance de la civilización y aún a que se sometan las minorías insubordinadas que puedan buscar socavar el desarrollo social y el progreso espiritual.
No debes confundir los seres intermedios secundarios con los de la orden prima-ria, que se remonta a los tiempos cercanos a la llegada del Príncipe Planetario. En Urantia la mayoría de estos seres intermedios anteriores entró en rebelión con Caligastia, y desde Pentecostés, han estado internados. Muchos seres del grupo adánico que no permanecieron leales a la administración planetaria fueron internados de la misma manera.
En el día de Pentecostés los seres intermedios primarios y secundarios se aliaron voluntariamente y han actuado como una unidad en los asuntos mundiales desde entonces. Sirven bajo el liderazgo de seres intermedios leales alternativamente seleccionados de ambos grupos.
Vuestro mundo ha sido visitado por cuatro órdenes de filiación: Caligastia, el Príncipe Planetario; Adán y Eva de los Hijos Materiales de Dios; Maquiventa Melquisedek, el «sabio de Salem» en los días de Abraham; y Cristo Micael, que vino como Hijo encarnado Paradisiaco. ¡Cuánto más efectivo y hermoso hubiese sido el proceso si Micael, el gobernante supremo del universo de Nebadon, hubiera sido recibido en vuestro mundo por un Príncipe Planetario leal y eficiente y un Hijo Material devoto y triunfador, los dos que podrían haber hecho tanto para realzar la obra principal y la misión del Hijo de autootorgamiento! Pero no todos los mundos han sido siempre tan desafortunados como Urantia, ni tampoco las misiones de los Adanes Planetarios han sido tan difíciles y tan peligrosas. Cuando triunfan, contribuyen al desarrollo de un gran pueblo, continuando como las cabezas visibles de los asuntos planetarios aun más allá de la era cuando tal mundo se establece en luz y vida.