Al recibir la noticia de que otro mundo habitado ha logrado la altura de la evolución física, el Soberano del Sistema convoca al cuerpo de Hijos e Hijas Materiales a la capital del sistema; y después de hablar de las necesidades de dicho mundo evolucionario, dos del grupo de voluntarios—un Adán y una Eva del cuerpo decano de los Hijos Materiales– son seleccionados para emprender la aventura, someterse al sueño profundo preparatorio para ser enserafinados y transportados de su hogar de servicio asociado al nuevo reino de nuevas oportunidades y nuevos peligros.
Los Adanes y las Evas son criaturas semimateriales y, como tales, los serafines no los pueden transportar. Deben someterse a la desmaterialización en la capital del sistema antes de poder ser enserafinados para el transporte al mundo de asignación. Los serafines de transporte son capaces de efectuar en los Hijos Materiales y en otros seres semimateriales cambios tales como para permitirles ser enserafinados y por lo tanto ser transportados a través del espacio de un mundo o sistema a otro. Se requieren aproximadamente tres días de tiempo estándar para la preparación de este transporte, y la cooperación de un Portador de Vida para reintegrar esta criatura desmaterializada a la existencia normal cuando llega al fin del viaje del transporte seráfico.
Aunque existe la técnica de la desmaterialización para preparar a los Adanes para el tránsito desde Jerusem a los mundos evolucionarios, no existe un método equivalente para sacarlos de dichos mundos a menos que haya que evacuar el entero planeta, en cuyo caso se instala de urgencia la técnica de la desmaterialización para la entera población salvable. Si una catástrofe física pusiera en peligro la residencia planetaria de una raza en evolución, los Melquisedek y los Portadores de Vida instalarían la técnica de la desmaterialización para todos los sobrevivientes, y estos seres serían llevados por transporte seráfico a un nuevo mundo preparado para su existencia continuada. La evolución de una raza humana, una vez que se inicia en un mundo del espacio, debe proceder totalmente independiente de la supervivencia física de ese planeta, pero durante las edades evolucionarias no está considerado que el Adán y Eva Planetarios abandonen el mundo de su elección.
Al llegar a su destino planetario el Hijo y la Hija Materiales son rematerializados bajo la dirección de los Portadores de Vida. Este entero proceso lleva de diez a veintiocho días de tiempo de Urantia. La inconciencia del sueño seráfico continúa a lo largo de este entero período de reconstrucción. Cuando se ha completado el reensamblaje del organismo físico, estos hijos e hijas materiales están en sus nuevos hogares y en sus nuevos mundos para todo propósito tal como eran antes de someterse al proceso de desmaterialización en Jerusem.