Los Hijos e Hijas materiales o sexuales son la progenie del Hijo Creador; el Espíritu Materno del Universo no participa en la producción de estos seres que están destinados a funcionar como elevadores físicos en los mundos evolucionarios.
La orden material de filiación no es uniforme en todo el universo local. El Hijo Creador produce tan sólo una pareja de estos seres en cada sistema local; estas parejas originales son de naturalezas diversas, puesto que están sincronizadas con el modelo original de vida de sus respectivos sistemas. Ésta es una disposición necesaria puesto que, de otra manera, el potencial reproductor de los Adanes no sería funcional con el de los seres mortales evolutivos de los mundos de cualquier sistema específico. El Adán y Eva que vinieron a Urantia eran descendientes de la pareja original de los Hijos Materiales de Satania.
Los Hijos Materiales varían en altura de dos metros y medio a tres metros, y su cuerpo brilla con un halo de luz radiante de tonalidad violeta. Aunque la sangre material circula por sus cuerpos materiales, también están sobrecargados de energía divina y saturados de luz celestial. Estos Hijos Materiales (los Adanes) e Hijas Materiales (las Evas) son iguales unos a los otros, difiriendo tan sólo en la naturaleza reproductora y en ciertas dotes químicas. Son iguales pero diferenciales, masculino y femenino—por lo tanto complementarios– y se diseñan para servir en casi todas las asignaciones en pareja.
Los Hijos Materiales disfrutan de una nutrición dual; son verdaderamente duales en su naturaleza y constitución, compartiendo de la energía materializada de manera semejante a los seres físicos del reino, mientras que mantienen plenamente su existencia inmortal por la ingestión directa y automática de ciertas energías cósmicas de sustento. Si fracasan en una misión de asignación o aun si se rebelan consciente y deliberadamente, estos Hijos son aislados, se corta la conexión con la fuente universal de luz y vida. En ese momento se vuelven prácticamente seres materiales, destinados al curso de la vida material en el mundo de su asignación y obligados a presentarse ante los magistrados universales para su adjudicación. La muerte material finalmente terminará la carrera planetaria de dichos Hijos e Hijas Materiales desafortunados y tontos.
Los Adanes y Evas originales, los directamente creados son inmortales por dote inherente, tal como todas las demás órdenes de filiación universal local, pero una disminución del potencial de inmortalidad caracteriza a sus hijos e hijas. Esta pareja original no puede trasmitir inmortalidad incondicionada a sus hijos e hijas procreados. Su progenie depende para continuar la vida de una sincronía intelectual ininterrumpida con el circuito gravitacionario de mente del Espíritu. Desde la inauguración del sistema de Satania, se han perdido trece Adanes Planetarios por rebelión y faltas y 681.204 en posiciones subordinadas de confianza. La mayoría de estas traiciones ocurrió en la época de la rebelión de Lucifer.
Mientras viven como ciudadanos permanentes en las capitales del sistema y aun cuando actúan en misiones descendentes a los planetas evolucionarios, los Hijos Materiales no poseen un Ajustador del Pensamiento, pero es a través de estos mismos servicios que adquieren la capacidad por sus experiencias para que los resida un Ajustador y para participar de la carrera de ascensión al Paraíso. Estos seres singulares y maravillosamente útiles son el eslabón que vincula el mundo espiritual con el mundo físico. Se encuentran en las sedes centrales del sistema, allí donde se reproducen y se conducen como ciudadanos materiales del reino, y de donde son enviados a los mundos evolucionarios.
A diferencia de otros Hijos creados de servicio planetario, la orden material de filiación no es, por su naturaleza, invisible a las criaturas materiales como los habitantes de Urantia. Estos Hijos de Dios pueden ser vistos, comprendidos, y pueden a su vez realmente entremezclarse con las criaturas del tiempo, podrían aun procrear con ellas, aunque esta función de elevación biológica generalmente corresponde a la progenie de los Adanes Planetarios.
En Jerusem los hijos leales de un Adán y Eva son inmortales, pero la progenie de un Hijo e Hija Materiales procreada posteriormente a su llegada en un planeta evolucionario no es del mismo modo inmune de la muerte natural. Cuando estos Hijos son rematerializados para la función reproductora en un mundo evolucionario, ocurre un cambio en el mecanismo trasmisor de la vida. Los Portadores de Vida por diseño privan a los Adanes y Evas Planetarios del poder de engendrar hijos e hijas inmortales. Si no cometen faltas, Adán y Eva en una misión planetaria pueden vivir indefinidamente, pero dentro de ciertos límites sus hijos experimentan una longevidad en disminución en cada generación subsiguiente.