Aunque sólo los finalistas y ciertos grupos de hijos salvados y de sus cuidadores residen en el mundo transicional número uno, se toman precauciones para el entretenimiento de todas las clases de seres espirituales, mortales de transición, y estudiantes visitantes. Los espornagia, que funcionan en todos estos mundos, son anfitriones acogedores para todos los seres que pueden reconocer. Tienen una vaga sensación respecto de los finalistas pero no los pueden visualizar. Han de considerarlos un poco como vosotros consideráis a los ángeles en vuestro estado físico presente.
Aunque el mundo de los finalistas es una esfera de exquisita belleza física y extraordinario embellecimiento morontial, la gran morada espiritual ubicada en el centro de las actividades, el templo de los finalistas, no es visible para la visión material sin auxilios ni para la visión primitiva morontial. Pero los transformadores de la energía pueden hacer que los mortales ascendentes visualicen muchas de estas realidades, y de vez en cuando así lo hacen, tal como en las oportunidades de las asambleas de clase de los estudiantes de este mundo de estancia.
A través de la entera experiencia en los mundos de estancia estarás en cierto modo consciente espiritualmente de la presencia de tus hermanos glorificados que han logrado el Paraíso, pero es muy refrescante, una y otra vez, percibirlos realmente en su actuación en sus moradas de sede central. No visualizarás espontáneamente a los finalistas hasta que no adquieras la verdadera visión espiritual.
En el primer mundo de estancia todos los sobrevivientes deben pasar los requisitos de la comisión de progenitores de sus planetas nativos. La presente comisión de Urantia consiste en doce parejas de progenitores, recientemente llegadas, que han tenido la experiencia mortal de criar a tres o más hijos hasta la pubertad. El servicio en esta comisión es rotativo y en general tan sólo de diez años. Aquellos que no satisfacen a estos comisionados en cuanto a su experiencia de progenitor deben calificar ulteriormente sirviendo en los hogares de los Hijos Materiales de Jerusem o en parte en la guardería probatoria en el mundo de los finalistas.
Pero sea cual fuere la experiencia de progenitor, los padres y las madres de los mundos de estancia que tienen hijos en la guardería probatoria, tienen toda la oportunidad de colaborar con los custodios morontiales de dichos niños en cuanto a su instrucción y capacitación. Estos padres tienen permiso para viajar allí y visitar hasta cuatro veces por año. Y una de las escenas más emocionantemente hermosas de toda la carrera ascendente es observar a los padres de los mundos de estancia abrazar a sus vástagos materiales en la ocasión de sus peregrinajes periódicos al mundo de los finalistas. Aunque uno de los progenitores o los dos puedan abandonar el mundo de estancia antes que el hijo, muy a menudo son contemporáneos durante una temporada.
Ningún mortal ascendente puede escapar a la experiencia de criar hijos—los propios o los de otros– sea en los mundos materiales o posteriormente en el mundo de los finalistas en Jerusem. Los padres deben pasar por esta experiencia esencial tan ciertamente como las madres. Es una idea desafortunada y errónea de los pueblos modernos de Urantia que la crianza de los hijos sea en gran parte tarea de las madres. Los niños necesitan a sus padres tanto como a sus madres, y los padres necesitan de esta experiencia paternal tanto como las madres.