Las nebulosas espirales y otras, las ruedas matrices de las esferas del espacio, son iniciadas por los organizadores de la fuerza paradisiacos; y después de la evolución nebular de la respuesta a la gravedad, las reemplazan en su función superuniversal los centros de poder y los controladores físicos, que de ahí en adelante toman la plena responsabilidad de la dirección de la evolución física de las generaciones futuras de las progenies estelares y planetarias. En el momento de la llegada de nuestro Hijo Creador, se coordinó inmediatamente esta supervisión física del preuniverso de Nebadon con su plan de organización universal. Dentro de los dominios de este Hijo Paradisiaco de Dios, los Centros Supremos de Poder y los Controladores Físicos Decanos colaboraron con los Supervisores del Poder Morontial, que aparecieron más tarde, y con otros, para producir el vasto complejo de líneas de comunicación, circuitos de energía y carriles de poder que ligan firmemente los múltiples cuerpos espaciales de Nebadon en una unidad administrativa integrada.
Cien Centros Supremos de Poder de la cuarta orden están permanentemente asignados a nuestro universo local. Estos seres reciben las líneas de entrada de poder de los centros de tercer orden de Uversa y transmiten los circuitos disminuidos y modificados a los centros de poder de nuestras constelaciones y sistemas. Estos centros de poder, en asociación, funcionan para producir el sistema viviente de control e igualación que opera para mantener el equilibrio y la distribución de las energías que de otra manera serían fluctuantes y variables. Los centros de poder no se preocupan sin embargo por los trastornos transitorios y locales de energía, tales como las manchas solares y los disturbios eléctricos del sistema; la luz y la electricidad no son las energías básicas del espacio; son manifestaciones secundarias y subsidiarias.
Los cien centros del universo local están estacionados en Salvington, donde funcionan en el centro exacto de energía de esa esfera. Las esferas arquitectónicas, tales como Salvington, Edentia y Jerusem, están iluminadas, calefaccionadas y energizadas por métodos que las hacen totalmente independientes de los soles del espacio. Los centros de poder y los controladores físicos construyeron, hicieron a pedido, estas esferas que fueron diseñadas para ejercer una influencia poderosa sobre la distribución de la energía. Basando sus actividades en tales puntos focales del control de la energía, los centros de poder, por su presencia viviente, direccionalizan y canalizan las energías físicas del espacio. Y estos circuitos de energía son básicos para todos los fenómenos físico-materiales y morontia-espirituales.
Diez Centros Supremos de Poder de la quinta orden son asignados a cada una de las subdivisiones principales de Nebadon, las cien constelaciones. En Norlatiadek, vuestra constelación, no se estacionan en la esfera sede central sino que están ubicados en el centro del enorme sistema estelar que constituye el núcleo físico de la constelación. En Edentia hay diez controladores mecánicos asociados y diez frandalanques que están en enlace perfecto y constante con los centros de poder cercanos.
Un Centro Supremo de Poder de la sexta orden está estacionado en el exacto centro de gravedad de cada sistema local. En el sistema de Satania el centro de poder asignado ocupa una isla oscura del espacio ubicada en el centro astronómico del sistema. Muchas de estas islas oscuras son vastos dínamos que movilizan y direccionan ciertas energías espaciales, y el Centro de Poder de Satania utiliza en forma eficaz estas condiciones naturales, cuya masa viviente funciona como un enlace con los centros más elevados, dirigiendo las corrientes de poder más materializadas a los Controladores Físicos Decanos en los planetas evolucionarios del espacio.