Los serafines se originan en los universos locales, y en estos mismos reinos de su natividad algunos alcanzan el destino de servicio. Con la ayuda y el consejo de los arcángeles decanos, algunos serafines pueden ser elevados a las tareas excelsas de Brillantes Estrellas Vespertinas, mientras que otros alcanzan el estado y servicio de los coordinados no revelados de las Estrellas Vespertinas. También se pueden intentar otras aventuras de destino en el universo local, pero Serafington siempre es el objetivo eterno de todos los ángeles. Serafington es el umbral angélico al Paraíso y al alcance de la Deidad, la esfera de transición del ministerio del tiempo al servicio excelso de la eternidad.
Los serafines pueden alcanzar el Paraíso en decenas o centenares de maneras, pero las más importantes mencionadas en estas narrativas son las siguientes:
1. Ser admitido a la morada seráfica del Paraíso en calidad de persona mediante el alcance de la perfección en un servicio especializado tal como artesano celestial, Consejero Técnico, o Registrador Celestial. Tornarse Compañero Paradisiaco y, habiendo alcanzado de esta manera el centro de todas las cosas, tal vez entonces volverse ministro eterno y consejero para las órdenes seráficas y otras.
2. Ser convocado a Serafington. Bajo ciertas condiciones los serafines son convocados a las alturas; en otras circunstancias los ángeles a veces alcanzan el Paraíso en un período de tiempo mucho más corto que los mortales. Pero aunque un par seráfico sea altamente adecuado, no puede iniciar la partida hacia Serafington ni a ningún otro lado. Sólo los guardianes del destino triunfantes están seguros de proceder hacia el Paraíso por el sendero progresivo de ascensión evolucionaria. Todos los demás deben aguardar pacientemente la llegada de los mensajeros del Paraíso de los supernafines terciarios que traen la convocación que les manda aparecer en las alturas.
3. Alcanzar el Paraíso por la técnica evolucionaria mortal. La elección suprema de los serafines en la carrera del tiempo es el puesto de ángel guardián para poder alcanzar la carrera de finalidad y calificar para la asignación a las esferas eternas del servicio seráfico. Estos guías personales de los hijos del tiempo se llaman guardianes del destino, lo cual significa que protegen a las criaturas mortales en el camino del destino divino, y que al hacer así determinan su propio destino elevado.
Se seleccionan los guardianes del destino de las filas de las personalidades angélicas más expertas de todas las órdenes de serafines que han calificado para este servicio. Todos los mortales sobrevivientes del destino de fusión con el Ajustador tienen guardianes temporales asignados a ellos, y estos asociados pueden ser asignados permanentemente cuando los sobrevivientes mortales alcanzan el necesario desarrollo intelectual y espiritual. Antes de que los ascendentes mortales abandonen los mundos de estancia, todos ellos tienen asociados seráficos permanentes. Este grupo de espíritus ministrantes se describe en los relatos sobre Urantia.
No es posible para los ángeles alcanzar a Dios desde el nivel de origen humano, porque son creados un «poco más alto que vosotros»; pero se ha dispuesto sabiamente que, aunque no puedan comenzar desde abajo, desde las tierras espirituales inferiores de la existencia mortal, pueden bajar a ellas hacia los que sí comienzan allí su carrera y pilotear a estas criaturas, paso a paso, de un mundo a otro, hasta las puertas de Havona. Cuando los mortales ascendentes abandonan Uversa para comenzar los círculos de Havona, aquellos guardianes de asignación subsiguiente a la vida en la carne se despiden temporalmente de sus asociados peregrinos mientras viajan a Serafington, el destino angélico del gran universo. Aquí intentarán estos guardianes, e indudablemente lograrán, los siete círculos de la luz seráfica.
Muchos, pero no todos, de estos serafines asignados como guardianes de destino durante la vida material acompañan a sus asociados mortales a través de los círculos de Havona, y algunos otros serafines pasan a través de los círculos del universo central en forma totalmente diferente de la de los ascendentes mortales. Pero sea cual fuere la ruta de ascensión, todos los serafines evolucionarios atraviesan Serafington, y la mayoría pasa a través de esta experiencia en vez de los circuitos de Havona.
Serafington es la esfera de destino para los ángeles, y su logro de este mundo es muy distinto de las experiencias de los peregrinos mortales en Ascendington. Los ángeles no están absolutamente seguros de su futuro eterno hasta haber llegado a Serafington. Ningún ángel que haya alcanzado a Serafington se ha descarriado jamás; el pecado nunca encontrará respuesta en el corazón de un serafín de consumación.
Los graduados de Serafington tienen asignaciones varias: los guardianes de destino con experiencia en los círculos de Havona generalmente entran en el Cuerpo de Finalistas Mortales. Otros guardianes, habiendo pasado sus pruebas de separación de Havona, frecuentemente vuelven a unirse a sus asociados mortales en el Paraíso, y algunos se vuelven los asociados sempiternos de los finalistas mortales, mientras que otros entran a los distintos cuerpos no mortales de finalistas, y muchos son incorporados a los cuerpos de Consumación Seráfica.