Después de la creación de los asistentes personales y del primer grupo de los versátiles Melquisedek, el Hijo Creador y el Espíritu Creativo del universo local planificaron, y trajeron a la existencia, la segunda gran orden diversificada de filiación universal: los Vorondadek. Generalmente ellos son más conocidos como Padres de las Constelaciones porque un Hijo de esta orden se encuentra uniformemente a la cabeza de cada gobierno de constelación en todos los universos locales.
El número de Vorondadek varía en cada universo local, siendo de un millón el número registrado en Nebadon. Estos Hijos, al igual que sus coordinados, los Melquisedek, no poseen poder de reproducción. No existe un método conocido por el cual pueden aumentar su número.
En muchos aspectos como individuos, como grupos, y aun en su totalidad, estos Hijos constituyen un cuerpo autogobernado; son en gran parte autodeterminantes, un tanto como los Melquisedek, pero los Vorondadek no actúan en tan amplia gama de actividades. No son equivalentes a sus hermanos Melquisedek en el brillo de su versatilidad, pero son aún más confiables y eficientes como gobernantes y administradores previsores. Tampoco son ellos exactamente los pares administrativos de sus subordinados, los Soberanos Lanonandek de los Sistemas, pero superan a todas las órdenes de filiación del universo en estabilidad de propósito y en divinidad de juicio.
Aunque las decisiones y mandatos de esta orden de Hijos están siempre de acuerdo con el espíritu de la filiación divina y están en armonía con las políticas del Hijo Creador, se los ha citado por sus errores, al Hijo Creador, y en cuanto a detalles de técnica sus decisiones a veces han sido revocadas por apelación en los tribunales superiores del universo. Pero estos Hijos raramente caen en el error, y no se han rebelado jamás; nunca en toda la historia de Nebadon se ha encontrado a un Vorondadek en desacato del gobierno universal.
El servicio de los Vorondadek en los universos locales es amplio y variado. Sirven como embajadores ante otros universos y como cónsules representando a las constelaciones dentro de su universo nativo. De todas las órdenes de filiación del universo local son ellos a quienes más frecuentemente se les confía la total delegación de poderes soberanos para ser ejercidos en situaciones críticas del universo.
En aquellos mundos segregados en la oscuridad espiritual, aquellas esferas que, por rebelión e incumplimiento, han sufrido aislamiento planetario, comúnmente un observador Vorondadek está presente hasta la restauración del estado normal. En ciertas emergencias, este observador Altísimo podría ejercer autoridad absoluta y arbitraria sobre todos los seres celestiales asignados a ese planeta. Está registrado en Salvington que los Vorondadek a veces han ejercido tal autoridad como regentes Altísimos en tales planetas. Esto también ha ocurrido en mundos habitados que no han rayado en la rebelión.
Frecuentemente un cuerpo de doce o más Hijos Vorondadek forma un alto tribunal de análisis y apelaciones en relación con casos especiales que involucran el estado de un planeta o un sistema. Pero su trabajo mayormente tiene relación con las funciones legislativas innatas a los gobiernos de las constelaciones. Como resultado de todos estos servicios, los Hijos Vorondadek han pasado a ser los historiadores de los universos locales; están personalmente familiarizados con todas las luchas políticas y los levantamientos sociales de los mundos habitados.