Aunque los mortales sobrevivientes del tiempo y del espacio se denominan peregrinos ascendentes cuando se los acredita para la ascensión progresiva al Paraíso, estas criaturas evolucionarias ocupan un lugar tan importante en estas narrativas que deseamos aquí presentar una sinopsis de las siguientes siete etapas de la carrera ascendente universal:
1. Mortales Planetarios.
2. Sobrevivientes Adormecidos.
3. Estudiantes en los Mundos de Estancia.
4. Progresistas de Morontia.
5. Pupilos de los Superuniversos.
6. Peregrinos de Havona.
7. Aquellos que Llegan al Paraíso.
La narrativa siguiente presenta la carrera universal de un mortal morado por un Ajustador. Los mortales fusionados con el Hijo o con el Espíritu comparten porciones de esta carrera, pero hemos elegido contar esta historia en cuanto se refiere a los mortales fusionados con el Ajustador, porque ése es el destino que pueden anticipar todas las razas humanas de Urantia.
1. Mortales Planetarios. Los mortales son todos seres evolucionarios de origen animal, con potencial ascendente. En origen, naturaleza y destino estos distintos grupos de seres humanos son mucho como los pueblos de Urantia. Las razas humanas de cada mundo reciben el mismo ministerio de los Hijos de Dios y disfrutan de la presencia de los espíritus ministrantes del tiempo. Después de la muerte natural, todos los tipos de ascendentes fraternizan como una sola familia morontial en los mundos de estancia.
2. Sobrevivientes Adormecidos. Todos los mortales de estado de sobrevivencia, bajo la custodia de los guardianes personales del destino, pasan por las compuertas de la muerte natural y, en el tercer período, se personalizan en los mundos de estancia. Aquellos seres acreditados que, por cualquier razón, han sido incapaces de lograr ese nivel de dominio de la inteligencia y dote de espiritualidad que les permitiría con-tar con guardianes personales, no pueden por lo tanto ir directa e inmediatamente a los mundos de estancia. Dichas almas sobrevivientes deben descansar en un sueño inconsciente hasta el día del juicio de una nueva época, una nueva dispensación, la llegada de un Hijo de Dios para pasar lista a la edad y adjudicar el reino, y ésta es la práctica general en todo Nebadon. Se dijo de Cristo Micael que, cuando ascendió a las alturas al fin de su labor en la tierra: «Condujo a una gran multitud de cautivos». Y estos cautivos eran los sobrevivientes adormecidos desde los días de Adán hasta el día de la resurrección del Maestro en Urantia.
El paso del tiempo no es de importancia para los mortales adormecidos; están totalmente inconscientes y desapercibidos de la longitud de su reposo. Al reensamblarse la personalidad al fin de una época, aquellos que han dormido cinco mil años no reaccionan diferentemente de los que tan sólo han descansado cinco días. Aparte de este atraso en el tiempo, estos sobrevivientes pasan a través del régimen de ascensión en forma idéntica a la de aquellos que evitan el sueño más largo o más corto de la muerte.
Se utilizan estas clases dispensacionales de peregrinos de los mundos para las actividades morontiales de grupo en las tareas de los universos locales. Existe una gran ventaja en la movilización de grupos tan enormes; de este modo se los mantiene juntos por largos períodos de servicio eficaz.
3. Estudiantes de los Mundos de Estancia. Todos los mortales sobrevivientes que despiertan en los mundos de estancia pertenecen a esta clase.
El cuerpo físico de la carne mortal no es parte del reensamblaje del sobreviviente adormecido; el cuerpo físico ha regresado al polvo. El serafín de asignación patrocina el nuevo cuerpo, la forma morontial, como nuevo vehículo de vida para el alma in-mortal y para recibir al Ajustador que ha retornado. El Ajustador es el custodio de las transcripciones espirituales de la mente del sobreviviente adormecido. El serafín de asignación es el que mantiene la identidad sobreviviente—el alma inmortal– hasta donde haya evolucionado. Y cuando estos dos, el Ajustador y el serafín, reúnen sus fideicomisos de personalidad, el nuevo individuo constituye la resurrección de la antigua personalidad, la supervivencia de la identidad evolutiva morontial del alma. Dicha reasociación de alma y Ajustador se denomina en forma totalmente apropiada, una resurrección, un reensamblaje de los factores de la personalidad; pero aún esto no explica enteramente la reaparición de la personalidad sobreviviente. Aunque tal vez vosotros no comprendáis jamás el hecho de dicha transacción inexplicable, alguna vez conoceréis experiencialmente la verdad de esto si no rechazáis el plan de la sobrevivencia mortal.
El plan de detención mortal inicial en los siete mundos de capacitación progresiva es casi universal en Orvonton. En cada sistema local de aproximadamente mil planetas habitados, hay siete mundos de estancia, generalmente satélites o subsatélites de la capital del sistema. Son los mundos de recepción para la mayoría de los mortales ascendentes.
A veces todos los mundos de capacitación de residencia mortal se denominan «estancias» del universo, y fue a estas esferas a las que Jesús aludió cuando dijo: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay». De aquí en adelante, dentro de un grupo dado de esferas tales como los mundos de estancia, los ascendistas progresarán individualmente de una esfera a la otra y de una fase de la vida a la otra, pero siempre avanzarán de una etapa de estudio universal a otra en formación de clases colectivas.
4. Progresistas Morontiales. Desde los mundos de estancia hacia arriba a través de las esferas del sistema, la constelación y el universo, los mortales se clasifican como progresistas morontiales; están atravesando las esferas de transición de la ascensión mortal. A medida que los mortales ascendentes progresan de los mundos morontiales más bajos a los más elevados, sirven en incontables asignaciones en asociación con sus maestros y en compañía de sus hermanos decanos más avanzados.
La progresión morontial pertenece al avance continuado de la forma del intelecto, el espíritu y la personalidad. Los sobrevivientes siguen siendo seres de naturaleza triple. A lo largo de la entera experiencia morontial ellos son los pupilos del universo local. El régimen del superuniverso no funciona hasta que no comienza la carrera espiritual.
Los mortales adquieren auténtica identidad espiritual justo antes de abandonar la sede del universo local para los mundos de recepción de los sectores menores del superuniverso. El pasaje de la etapa morontial final a la primera o más baja condición espiritual no es sino una ligera transición. La mente, la personalidad y el carácter son inalterados por dicho avance; tan sólo la forma sufre modificaciones. Pero la forma del espíritu es tan real como el cuerpo morontial y es igualmente discernible.
Antes de partir de sus universos locales nativos hacia los mundos de recepción del superuniverso, los mortales del tiempo reciben la confirmación espiritual del Hijo Creador y del Espíritu Materno del universo local. Desde este punto en adelante, se establece el estado del mortal ascendente para siempre. No ha ocurrido nunca que los pupilos del superuniverso se descarrien. Los serafines ascendentes también avanzan en su estado angélico al tiempo de su partida de los universos locales.
5. Pupilos del Superuniverso. Todos los seres ascendentes que llegan a los mundos de capacitación de los superuniversos se tornan pupilos de los Ancianos de los Días; han atravesado la vida morontial del universo local y ahora son espíritus acreditados. Como jóvenes espíritus, comienzan la ascensión del sistema superuniversal de capacitación y cultura, que se extiende desde las esferas de recepción de su sector menor hacia adentro a través de los mundos de estudio de los diez sectores mayores y hacia las esferas culturales más elevadas de las sedes centrales del superuniverso.
Existen tres órdenes de espíritus estudiosos de acuerdo con su estadía en el sector menor, los sectores mayores y los mundos sede central del superuniverso de progresión espiritual. Así como los seres ascendentes morontiales estudiaron y trabajaron en los mundos del universo local, del mismo modo los seres ascendentes espirituales van dominando nuevos mundos, a la vez que siguen impartiendo a otros aquello que han bebido de las fuentes experienciales de la sabiduría. Pero ir a la escuela como ser espiritual en la carrera superuniversal es muy distinto de cualquier cosa que jamás haya penetrado los reinos de la imaginación de la mente material del hombre.
Antes de abandonar el superuniverso en dirección a Havona, estos espíritus ascendentes reciben el mismo curso intensivo de manejo superuniversal que han recibido durante la experiencia morontial relativo a la supervisión del universo local. Antes de que los mortales espirituales alcancen Havona, su estudio principal—pero no su ocupación exclusiva– es el dominio de la administración del universo local y del superuniverso. La razón de tanta experiencia no es totalmente clara en estos momentos, pero sin duda dicho entrenamiento es sabio y necesario en vista de su posible destino futuro como miembros del Cuerpo de Finalistas.
El régimen superuniversal no es el mismo para todos los mortales ascendentes. Reciben la misma instrucción general, pero hay grupos y clases especiales que se someten a cursos especiales de instrucción y cursos específicos de capacitación.
6. Peregrinos de Havona. Cuando el desarrollo del espíritu es completo, aunque no pletórico, el mortal sobreviviente se prepara para el largo viaje a Havona, el refugio de los espíritus evolucionarios. En la tierra, eras una criatura de carne y hueso; a través del universo local, eras un ser morontial; a través del superuniverso, eras un espíritu en evolución; con tu llegada a los mundos de recepción de Havona, comienza intensa y realmente tu instrucción espiritual; tu aparición final en el Paraíso será como espíritu perfeccionado.
El viaje desde la sede central del superuniverso hasta las esferas de recepción de Havona siempre se hace a solas. De aquí en adelante ya no habrá más instrucción en clases o en grupos. Has completado la capacitación técnica y administrativa de los mundos evolucionarios del tiempo y del espacio. Ahora comienza tu educación personal, la capacitación individual espiritual. Del principio al fin, a lo largo de todo Havona, la instrucción es personal y de naturaleza triple: intelectual, espiritual y experiencial.
La primera acción de tu carrera en Havona será reconocer y agradecer a tu seconafín de transporte el viaje largo y certero. Luego se te presentará a aquellos seres que patrocinarán tus primeras actividades en Havona. A continuación registrarás tu llegada y prepararás tu mensaje de acción de gracias y adoración para despachar al Hijo Creador de tu universo local, el Padre de tu universo, que hizo posible tu carrera de filiación. Esto concluye las formalidades de la llegada a Havona; de allí en adelante, se te otorgará un largo período de recreación para la observación libre, y esto te ofrece la oportunidad de buscar a tus amigos, compañeros y asociados en la larga experiencia de ascensión. También podrás consultar las transmisiones para asegurarte de cuáles entre tus semejantes peregrinos han partido hacia Havona desde el momento en que abandonaste Uversa.
El hecho de tu llegada a los mundos de recepción de Havona se transmitirá debidamente a la sede de tu universo local y personalmente se informará a tu guardián seráfico, dondequiera que este serafín se encuentre.
Los mortales ascendentes han sido completamente capacitados en los asuntos de los mundos evolucionarios del espacio; ahora comienza su contacto prolongado y beneficioso con las esferas creadas de la perfección. ¡Qué preparación para algún futuro trabajo se ofrece mediante esta experiencia combinada, singular y extraordinaria! Pero no puedo deciros nada sobre Havona; debéis ver estos mundos para apreciar su gloria y comprender su grandeza.
7. Los que llegan al Paraíso. Al llegar al Paraíso con estado de residente, tú comienzas el curso progresivo en divinidad y absonidad. Tu residencia en el Paraíso significa que has encontrado a Dios y que has sido incorporado al Cuerpo Mortal de la Finalidad. De todas las criaturas del gran universo, sólo los que están fusionados con el Padre se incorporan al Cuerpo Mortal de la Finalidad. Sólo esos individuos toman el juramento del finalista. Otros seres de perfección paradisiaca o de logro pueden ser agregados temporalmente a este cuerpo de la finalidad, pero no son de asignación eterna a la misión desconocida y no revelada de estas huestes de seres veteranos y perfeccionados evolucionarios del tiempo y del espacio que se están congregando.
Los que llegan al Paraíso tienen la gracia de un período de libertad, después del cual comienzan sus asociaciones con los siete grupos de los supernafines primarios. Se los designa diplomados paradisiacos una vez que han completado su curso con los conductores de la adoración y luego, como finalistas, se los asigna al servicio de observación y cooperativo hasta los confines de la vasta creación. Hasta ahora no parece haber un empleo específico o establecido para el Cuerpo Mortal de los Finalistas, aunque sirven en muchas posiciones en los mundos establecidos en función de luz y vida.
Si no hubiese un destino futuro o no revelado para el Cuerpo Mortal de la Finalidad, la asignación presente de estos seres ascendentes ya sería totalmente adecuada y gloriosa. Su destino presente justifica plenamente el plan universal de ascensión evolucionaria. Pero las futuras épocas de la evolución de las esferas del espacio exterior indudablemente elaborarán ulteriormente, y con más plenitud iluminarán divinamente, la sabiduría, el amor y la ternura de los Dioses en la ejecución de su plan divino de sobrevivencia humana y ascensión mortal.
Esta narrativa, juntamente con lo que se os ha revelado y con lo que podáis adquirir con relación a la instrucción sobre vuestro propio mundo, presenta un bosquejo de la carrera de un mortal ascendente. La historia varía considerablemente en los diferentes superuniversos, pero este recital permite un vistazo del plan promedio de progresión mortal, tal como opera en el universo local de Nebadon y en el séptimo segmento del gran universo, el superuniverso de Orvonton.
[Patrocinado por un Mensajero Poderoso proveniente de Uversa. ]
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