Los supernafines son ministros peritos para todo tipo de ser que residen en el Paraíso y en el universo central. Estos elevados ángeles son creados en tres órdenes principales: primaria, secundaria y terciaria.
Los supernafines primarios son los vástagos exclusivos del Creador Conjunto. Reparten su ministerio en forma casi igual entre ciertos grupos de Ciudadanos del Paraíso y el cuerpo en constante aumento de los peregrinos ascendentes. Estos ángeles de la Isla Eterna son altamente eficaces en fomentar la capacitación esencial de ambos grupos de habitantes del Paraíso. Contribuyen mucho de lo que es útil para la comprensión mutua de estas dos órdenes singulares de criaturas del universo—siendo la una el tipo más elevado de criatura volitiva divina y perfecta, y la otra, la evolución perfeccionada del tipo más bajo de criatura volitiva en todo el universo de los universos.
La tarea de los supernafines primarios es tan singular y distintiva que se la considerará separadamente en la narrativa siguiente.
Los supernafines secundarios son los directores de los asuntos de los seres ascendentes en los siete circuitos de Havona. Se ocupan igualmente de ministrar a la capacitación instruccional de las numerosas órdenes de Ciudadanos del Paraíso que moran por largos períodos en los circuitos de los mundos de la creación central, pero no podemos hablar de esta fase de su servicio.
Hay siete tipos de estos ángeles elevados, originándose cada uno en uno de los Siete Espíritus Rectores y de naturaleza correspondientemente similar. Colectivamente, los Siete Espíritus Rectores crean muchos grupos diferentes de seres y entidades únicos, y los miembros individuales de cada orden son comparativamente uniformes en su naturaleza. Pero cuando estos mismos Siete Espíritus crean individualmente, las órdenes resultantes son siempre de naturaleza séptuple; los hijos de cada Espíritu Rector comparten la naturaleza de su creador y consiguientemente son distintos de los demás. Tal es el origen de los superafines secundarios, y los ángeles de los siete tipos creados funcionan en todos los canales de actividad abiertos a su entera orden, principalmente en los siete circuitos del divino universo central.
Cada uno de los siete circuitos planetarios de Havona está bajo la supervisión di-recta de uno de los siete espíritus de los circuitos, siendo ellos mismos una creación colectiva—y por lo tanto uniforme– de los Siete Espíritus Rectores. Aunque comparten la naturaleza de la Tercera Fuente y Centro, estos siete Espíritus subsidiarios de Havona no fueron parte del universo de modelo original. Entraron en función después de la creación original (eterna) pero mucho antes de los tiempos de Grandfanda. Indudablemente aparecieron como respuesta creativa de los Espíritus Rectores al propósito emergente del Ser Supremo, y fueron descubiertos en función cuando se organizó el gran universo. El Espíritu Infinito y todos sus asociados creativos, como coordinadores universales, parecen abundar en la capacidad de formular respuestas creativas adecuadas a los desarrollos simultáneos en las Deidades experienciales y en los universos en evolución.
Los supernafines terciarios se originan en estos Siete Espíritus de los Circuitos. A cada uno de ellos, en un circuito separado de Havona, el Espíritu Infinito le ha dado poder para crear un número suficiente de altos ministros superáficos de la orden terciaria como para satisfacer las necesidades del universo central. Aunque los Espíritus del Circuito produjeron comparativamente pocos de estos ministros angélicos antes de la llegada a Havona de los peregrinos del tiempo, los Siete Espíritus Rectores no comenzaron siquiera la creación de los supernafines secundarios hasta la llegada de Grandfanda. Por lo tanto, se consideran aquí primero los supernafines terciarios, siendo éstos los más antiguos de las dos órdenes.