Los Perfeccionadores de la Sabiduría constituyen una creación especializada de la Trinidad del Paraíso cuya función consiste en personificar la sabiduría de la divinidad en los superuniversos. Hay exactamente siete mil millones de estos seres, y mil millones están asignados para cada uno de los siete superuniversos.
Juntamente con sus coordinados, los Consejeros Divinos y los Censores Universales, los Perfeccionadores de la Sabiduría pasaron por la sabiduría del Paraíso, de Havona y de las esferas paradisiacas del Padre, a excepción de Divinington. Después de estas experiencias, se asignaron permanentemente los Perfeccionadores de la Sabiduría al servicio de los Ancianos de los Días. Su puesto de servicio no está ni en el Paraíso ni en los mundos de los circuitos Paraíso-Havona; se dedican exclusivamente a la administración de los gobiernos de los superuniversos.
Dondequiera y cada vez que funcione un Perfeccionador de la Sabiduría, ahí mismo funciona sabiduría divina. Hay actualidad de presencia y perfección de manifestación en el conocimiento y la sabiduría representados en las acciones de estos seres poderosos y majestuosos. No reflejan la sabiduría de la Trinidad del Paraíso sino que son esa sabiduría. Son las fuentes de sabiduría para todos los maestros que enseñan la aplicación del conocimiento sobre el universo; las fuentes de la prudencia y los manantiales del discernimiento para las instituciones de enseñanza y esclarecimiento de todos los universos.
La sabiduría es de doble origen, pues deriva de la perfección del discernimiento divino intrínseco en los seres perfectos, y de la experiencia personal adquirida por las criaturas evolutivas. Los Perfeccionadores de la Sabiduría son la sabiduría divina de perfección paradisiaca del discernimiento de la Deidad. Sus asociados administrativos en Uversa, los Mensajeros Poderosos, Aquellos sin Nombre ni Número, y los Elevados en Autoridad, cuando actúan en conjunto, son la sabiduría universal que proviene de la experiencia. Un ser divino puede tener la perfección del conocimiento divino. Un mortal evolutivo puede algún día llegar a alcanzar la perfección del conocimiento ascendente, pero ninguno de los dos por sí solos agota las potencialidades de toda la sabiduría posible. Por consiguiente, cada vez que se requiera un máximo de sabiduría administrativa en la conducta del superuniverso, estos perfeccionadores de la sabiduría de discernimiento divino se asocian siempre con aquellas personalidades ascendentes que han alcanzado las altas responsabilidades de la autoridad superuniversal a través de las tribulaciones experienciales de la progresión evolutiva.
Los Perfeccionadores de la Sabiduría necesitarán siempre de este complemento de sabiduría experiencial para completar su obra de sagacidad administrativa. Pero se ha postulado que tal vez los finalistas del Paraíso en el futuro, después de ser iniciados en la séptima etapa de la existencia espiritual, lleguen eventualmente a un alto nivel de sabiduría, hasta ahora no alcanzado. Si esta inferencia es correcta, dichos seres perfeccionados de ascensión evolutiva indudablemente llegarían a ser los administradores universales más eficaces jamás conocidos en toda la creación. Creo que tal es el alto destino de los finalistas.
La versatilidad de los Perfeccionadores de la Sabiduría les permite participar prácticamente en todos los servicios celestiales de las criaturas ascendentes. Los Perfeccionadores de la Sabiduría y mi orden de personalidad, los Consejeros Divinos, juntamente con los Censores Universales, constituyen las órdenes más elevadas de seres que pueden, y se ocupan en el trabajo de revelar la verdad a los planetas y sistemas individuales, tanto en sus épocas primitivas como cuando estén plenamente establecidos en luz y vida. De vez en cuando, todos nosotros tenemos que ver con el servicio de los mortales ascendentes, sea en el planeta de su vida inicial, sea en un universo local o, más comúnmente, en el superuniverso. Los seres coordinados de origen en la Trinidad