La sede ejecutiva central de los Espíritus Rectores ocupa los siete satélites paradisiacos del Espíritu Infinito, que giran alrededor de la Isla central, entre las esferas resplandecientes del Hijo Eterno y el circuito más interior de Havona. Estas esferas ejecutivas están bajo la dirección de los Ejecutivos Supremos, un grupo de siete seres que fueron trinidizados por el Padre, el Hijo y el Espíritu, de acuerdo con las especificaciones de los Siete Espíritus Rectores para producir un tipo de seres funcionalmente adecuados como sus representantes universales.
Los Espíritus Rectores se mantienen en contacto con las diversas divisiones de los gobiernos superuniversales a través de estos Ejecutivos Supremos. Son ellos quienes determinan en gran medida las tendencias constitutivas básicas de los siete superuniversos. Son uniforme y divinamente perfectos, pero también poseen diversidad de personalidades. No cuentan con un jefe fijo; sino que cada vez que se reúnen, seleccionan a uno de entre ellos para que presida ese concilio específico. Periódicamente viajan al Paraíso para sentarse en concilio con los Siete Espíritus Rectores.
Los Siete Ejecutivos Supremos funcionan como coordinadores administrativos del gran universo; se los podría denominar la junta de directores ejecutivos de la creación post-Havona. No se ocupan de los asuntos internos del Paraíso, y dirigen sus esferas limitadas de actividad en Havona a través de los Siete Espíritus de los Circuitos. Por lo demás, el alcance de su supervisión conoce pocos límites; se encargan de la dirección de las cosas físicas, intelectuales y espirituales; todo lo ven, todo lo oyen, todo lo sienten, incluso todo lo saben respecto de lo que ocurre en los siete superuniversos y en Havona.
Estos Ejecutivos Supremos no originan normas ni modifican los procedimientos universales; se ocupan de la ejecución de los planes de divinidad, promulgados por los Siete Espíritus Rectores. Tampoco interfieren con el gobierno de los Ancianos de los Días en los superuniversos, ni con la soberanía de los Hijos Creadores en los universos locales. Son ejecutivos coordinativos cuya función consiste en dar cumplimiento a las directivas combinadas de todos los soberanos debidamente nombrados del gran universo.
Cada uno de los ejecutivos, con las instalaciones de su esfera, se dedica a la administración eficaz de un solo superuniverso. El Ejecutivo Supremo Número Uno, que funciona en la esfera ejecutiva número uno, está totalmente dedicado a los asuntos del superuniverso número uno, y así sucesivamente hasta el Ejecutivo Supremo Número Siete, que opera en el séptimo satélite paradisiaco del Espíritu y que dedica sus energías a la administración del séptimo superuniverso. El nombre de la séptima esfera es Orvonton, porque los satélites del Paraíso tienen la misma denominación que los superuniversos con los cuales se relacionan; en efecto, los superuniversos llevan su nombre.
En la esfera ejecutiva del séptimo superuniverso, el personal encargado de mantener en orden los asuntos de Orvonton se cuenta en números que exceden la comprensión humana y abarca prácticamente todas las órdenes de la inteligencia celestial. Todos los servicios de despacho de personalidades (excepto los Espíritus Trinitarios Inspirados y los Ajustadores del Pensamiento) atraviesan uno de estos mundos ejecutivos en sus viajes universales del Paraíso y a su regreso al mismo, y aquí se mantienen los registros centrales para todas las personalidades creadas por la Tercera Fuente y Centro que actúan en los superuniversos. El sistema de archivos materiales, morontiales y espirituales en uno de estos mundos ejecutivos del Espíritu asombra incluso a un ser de mi orden.
Los subordinados inmediatos de los Ejecutivos Supremos consisten principalmente en los hijos trinidizados de las personalidades del Paraíso-Havona y la progenie trinidizada de los mortales glorificados que se han graduado de la capacitación larguísima de esquema ascendente del tiempo y el espacio. El jefe del Concilio Supremo del Cuerpo de la Finalidad del Paraíso es quien asigna a estos hijos trinidizados al servicio de los Ejecutivos Supremos.
Cada Ejecutivo Supremo tiene dos gabinetes asesores: Los hijos del Espíritu Infinito en la sede central de cada superuniverso eligen representantes de sus filas para servir durante un milenio en el gabinete asesor primario de su Ejecutivo Supremo. Para todos los asuntos que afectan a los mortales ascendentes del tiempo, existe un gabinete secundario compuesto de mortales que han alcanzado el Paraíso y de hijos trinidizados de mortales glorificados; este cuerpo es elegido por los seres que se perfeccionan y ascienden, y que moran transitoriamente en las siete sedes centrales de los siete superuniversos. Los Ejecutivos Supremos nombran a todos los demás jefes de asuntos.
De vez en cuando tienen lugar grandes cónclaves en estos satélites paradisiacos del Espíritu. Los hijos trinidizados que se asignan a estos mundos, juntamente con los ascendentes que han alcanzado el Paraíso, se congregan con las personalidades espirituales de la Tercera Fuente y Centro para recordar las luchas y los triunfos de la carrera ascendente. Los Ejecutivos Supremos siempre presiden estas reuniones fraternales.
Una vez en cada milenio del Paraíso, los Siete Ejecutivos Supremos dejan vacantes sus asientos de autoridad y van al Paraíso, donde celebran su cónclave milenario de salutación y augurios universales para las huestes inteligentes de la creación. Esta ocasión pletórica tiene lugar en la presencia inmediata de Majeston, el jefe de todos los grupos espirituales reflexivos. Así pueden ellos comunicarse simultáneamente con todos sus asociados en el gran universo a través de la singular función de la reflexividad universal.