Los Siete Espíritus Rectores son seres indescriptibles, pero ellos son clara y definitivamente personales. Tienen nombres, pero nosotros elegimos presentarlos por número. Como personalizaciones primarias del Espíritu Infinito, son semejantes, pero como expresiones primarias de las siete asociaciones posibles de la Deidad Triuna, ellos son esencialmente distintos en su naturaleza, y esta diversidad de naturaleza determina su diferencial de conducta superuniversal. Estos Siete Espíritus Rectores se pueden describir como sigue:
Espíritu Rector Número Uno. En una forma muy especial este Espíritu es la representación directa del Padre del Paraíso. Es una manifestación peculiar y eficaz del poder, el amor y la sabiduría del Padre Universal. Es el asociado estrecho y asesor excelso del jefe de los Monitores Misteriosos, es el ser que preside el Colegio de Ajustadores Personalizados en Divinington. En todas las asociaciones de los Siete Espíritus Rectores, siempre es el Espíritu Rector Número Uno quien habla por el Padre Universal.
Este Espíritu preside el primer superuniverso y, aunque exhiba infaliblemente la naturaleza divina de la personalización primaria del Espíritu Infinito, parece asemejarse más específicamente al Padre Universal en su carácter. Él está siempre en enlace personal con los siete Espíritus Reflexivos de la sede central del primer superuniverso.
Espíritu Rector Número Dos. Este Espíritu retrata adecuadamente la naturaleza incomparable y el carácter encantador del Hijo Eterno, el primogénito de toda la creación. Siempre está en asociación estrecha con todas las órdenes de los Hijos de Dios en cualquier momento donde éstos puedan estar en el universo residencial como individuos o en los agradables cónclaves. En todas las asambleas de los Siete Espíritus Rectores, éste siempre habla por el Hijo Eterno y en nombre de él.
Este Espíritu dirige los destinos del superuniverso número dos y gobierna este vasto dominio tal como lo haría el Hijo Eterno y siempre está en enlace con los Siete Espíritus Reflexivos ubicados en la capital del segundo superuniverso.
Espíritu Rector Número Tres. Se asemeja particularmente al Espíritu Infinito, y dirige los movimientos y tareas de muchas de las personalidades elevadas del Espíritu Infinito. Preside sus asambleas y se vincula estrechamente con todas las personalidades que se originan exclusivamente en la Tercera Fuente y Centro. Cuando los Siete Espíritus Rectores están en concilio, es el Espíritu Rector Número Tres quien siempre habla por el Espíritu Infinito.
Este Espíritu está a cargo del superuniverso número tres, y administra los asuntos de este segmento tal como lo haría el Espíritu Infinito. Está siempre en enlace con los Espíritus Reflexivos en la sede central del tercer superuniverso.
Espíritu Rector Número Cuatro. Al compartir las naturalezas combinadas del Padre y del Hijo, este Espíritu Rector es la influencia determinante respecto de las directivas y procedimientos del Padre-Hijo en los concilios de los Siete Espíritus Rectores. Este Espíritu es el director en jefe y asesor de aquellos seres ascendentes que han logrado el Espíritu Infinito y que por lo tanto son candidatos para ver al Hijo y al Padre. Fomenta ese enorme grupo de personalidades que se originan en el Padre y el Hijo. Cuando se hace necesario representar al Padre y al Hijo en la asociación de los Siete Espíritus Rectores, él es siempre el Espíritu Rector que habla.
Este Espíritu patrocina el cuarto segmento del gran universo de acuerdo con su asociación peculiar de los atributos del Padre Universal y del Hijo Eterno. Está siempre en enlace personal con los Espíritus Reflexivos de la sede central del cuarto superuniverso.
Espíritu Rector Número Cinco. Esta personalidad divina que combina tan exquisitamente el carácter del Padre Universal y del Espíritu Infinito es el asesor de ese enorme grupo de seres conocidos como los directores del poder, centros del poder y controladores físicos. Este Espíritu también patrocina todas las personalidades que se originan en el Padre y el Actor Conjunto. En los concilios de los Siete Espíritus Rectores, cuando se habla de la actitud del Padre-Espíritu, es siempre el Espíritu Rector Número Cinco quien habla.
Este Espíritu dirige el bienestar del quinto superuniverso de una manera que sugiere la acción combinada del Padre Universal y del Espíritu Infinito. Está siempre en enlace con los Espíritus Reflexivos en la sede central del quinto superuniverso.
Espíritu Rector Número Seis. Este ser divino parece retratar el carácter combinado del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito. Siempre y cuando se congregan en el universo central las criaturas creadas conjuntamente por el Hijo y el Espíritu, es este Espíritu Rector quien los asesora; y siempre que, en los concilios de los Siete Espíritus Recto-res sea necesario hablar conjuntamente por el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, es el Espíritu Rector Número Seis quien responde.
Este Espíritu dirige los asuntos del sexto superuniverso tal como lo harían el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Está siempre en enlace con los Espíritus Reflexivos en la sede central del sexto superuniverso.
Espíritu Rector Número Siete. El Espíritu que preside el séptimo superuniverso es un retrato singularmente preciso del Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. El séptimo Espíritu, el asesor y fomentador de todos los seres de origen triuno, también es el asesor y director de todos los peregrinos ascendentes de Havona, aquellos seres bajos que han logrado las cortes de la gloria a través del ministerio combinado del Padre, el Hijo y el Espíritu.
El Séptimo Espíritu Rector no es orgánicamente representativo de la Trinidad del Paraíso; pero es un hecho conocido que su naturaleza personal y espiritual es el retrato del Actor Conjunto en proporciones iguales de las tres personas infinitas cuya unión de Deidad es la Trinidad del Paraíso, cuya función como tal es la fuente de la naturaleza personal y espiritual de Dios el Supremo. Por eso, el Séptimo Espíritu Rector revela una relación personal y orgánica con la persona espiritual del Supremo en evolución. Por lo tanto, en los altos concilios de los Espíritus Rectores, cuando es necesario votar por la actitud personal combinada del Padre, el Hijo y el Espíritu o describir la actitud espiritual del Ser Supremo, es el Espíritu Rector Número Siete quien actúa. De esta manera, se vuelve inherentemente el jefe y presidente del concilio en el Paraíso de los Siete Espíritus Rectores.
Ninguno de los Siete Espíritus es representativo orgánicamente de la Trinidad del Paraíso, pero cuando se unen como Deidad Séptuple, esta unión es en un sentido de deidad no en un sentido personal equivalente al nivel funcional asociable con las funciones de la Trinidad. En este sentido el «Espíritu Séptuple» es funcionalmente asociable con la Trinidad del Paraíso. También en este sentido es que el Espíritu Rector Número Siete a veces habla en confirmación de las actitudes de la Trinidad o, más bien, actúa como portavoz de la actitud de la unión del Espíritu Séptuple sobre la actitud de la unión de la Deidad Triple, la actitud de la Trinidad del Paraíso.
Las funciones múltiples del Séptimo Espíritu Rector van por lo tanto desde un retrato combinado de las naturalezas personales del Padre, el Hijo y el Espíritu, a través de una representación de la actitud personal de Dios el Supremo, hasta una revelación de la actitud de la deidad de la Trinidad del Paraíso. Y en ciertos aspectos este Espíritu presidente manifiesta las actitudes del Último y del Supremo-Último.
Es el Espíritu Rector Número Siete quien, en sus múltiples funciones, patrocina personalmente el progreso de los candidatos para la ascensión desde los mundos del tiempo en sus esfuerzos por lograr la comprensión de la Deidad no dividida de la Supremacía. Dicha comprensión implica el entendimiento de la soberanía existencial de la Trinidad de la Supremacía en tal forma coordinada con un concepto de la soberanía experiencial en crecimiento del Ser Supremo que constituye el entendimiento de la criatura de la unidad de la Supremacía. La comprensión por parte de la criatura de estos tres factores iguala la comprensión havonaica de la realidad Trinitaria y dota a los peregrinos del tiempo con la capacidad para penetrar finalmente en la Trinidad, para descubrir las tres personas infinitas de la Deidad.
La incapacidad de los peregrinos de Havona para encontrar plenamente a Dios el Supremo se compensa mediante el Séptimo Espíritu Rector, cuya naturaleza triuna es, de una manera peculiar, reveladora de la persona espiritual del Ser Supremo. Durante la actual era universal de imposibilidad de contacto con la persona del Supremo, el Espíritu Rector Número Siete actúa en el lugar del Dios de las criaturas ascendentes en lo que concierne las relaciones personales. Él es el único ser espiritual elevado que todos los seres ascendentes reconocerán con seguridad, y hasta cierto punto comprenderán, cuando alcancen los centros de la gloria.
Este Espíritu Rector está siempre en enlace con los Espíritus Reflexivos de Uversa, la sede central del séptimo superuniverso, nuestro propio segmento de la creación. Su administración de Orvonton revela la maravillosa simetría de la combinación coordinada de las naturalezas divinas del Padre, el Hijo y el Espíritu.