El último día de este memorable retiro, antes de comenzar el descenso del monte para reunirse con Juan y sus discípulos, el Hijo del Hombre tomó su decisión final. Así, con estas palabras comunicó esta decisión al Ajustador Personalizado: «Y en todos los demás asuntos, así como en estas decisiones ya registradas, te prometo que me someteré a la voluntad de mi Padre». Cuando así hubo hablado comenzó el descenso de la montaña. Y su faz resplandecía con la gloria de la victoria espiritual y del triunfo moral.
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