El espíritu es la realidad personal básica de los universos, y la personalidad es básica para toda experiencia progresiva con la realidad espiritual. Cada fase de la experiencia de la personalidad en cada nivel sucesivo de progresión universal abunda en pistas para el descubrimiento de fascinantes realidades personales. El verdadero destino del hombre consiste en la creación de metas nuevas y espirituales y luego responder a los atractivos cósmicos de tales metas excelsas de valor no material.
El amor es el secreto de la asociación beneficiosa entre las personalidades. No es posible conocer realmente a una persona como resultado de un solo encuentro. No es posible conocer apreciativamente la música a través de la deducción matemática, aunque la música sea una forma de ritmo matemático. El número asignado a un abonado al sistema de teléfonos no identifica de ninguna manera la personalidad de ese abonado ni significa nada respecto de su carácter.
La matemática, ciencia material, es indispensable para la discusión inteligente de los aspectos materiales del universo, pero tal conocimiento no es necesariamente parte de la comprensión más elevada de la verdad ni de la apreciación personal de las realidades espirituales. No sólo en los ámbitos de la vida, sino también en el mundo de la energía física, la suma de dos o más cosas es muy a menudo algo más que o diferente de las consecuencias previsibles de la adición de tales uniones. La entera ciencia de las matemáticas, el completo dominio de la filosofía, lo más elevado de la física o la química, no pueden predecir ni conocer que la unión de dos átomos gaseosos de hidrógeno con un átomo gaseoso de oxígeno daría lugar a una substancia nueva y cualitativamente superaditiva: el agua líquida. El conocimiento comprensivo de este fenómeno singular físicoquímico debería por sí solo haber prevenido el desarrollo de la filosofía materialista y de la cosmología mecanicista.
El análisis técnico no revela lo que una persona o una cosa puedan hacer. Por ejemplo: el agua se usa eficazmente para extinguir el fuego. Que el agua apaga el fuego es un hecho de la experiencia cotidiana, pero tal propiedad no se dedujo jamás del análisis del agua. El análisis determina que el agua está compuesta de hidrógeno y oxígeno; un estudio ulterior de estos elementos revelaría que el oxígeno es el verdadero sostén de la combustión y que el hidrógeno mismo arde libremente.
Vuestra religión se está tornando real, porque está brotando de la esclavitud del temor y de la servidumbre de la superstición. Vuestra filosofía lucha por emanciparse del dogma y de la tradición. Vuestra ciencia está empeñada en una contienda a través de las edades entre la verdad y el error, mientras lucha por liberarse de la servidumbre de la abstracción, la esclavitud de las matemáticas y la relativa ceguera del materialismo mecanicista.
El hombre mortal tiene un núcleo espiritual. La mente es un sistema de energía personal que existe alrededor de un núcleo espiritual divino y que funciona en un ambiente material. Tal relación vital de mente personal y espíritu constituye la potencialidad universal de la personalidad eterna. Los problemas graves, la desilusión permanente, las derrotas estrepitosas, o la muerte inescapable sólo ocurren cuando los autoconceptos tienen la arrogancia de desplazar totalmente el poder dominante del núcleo espiritual central, destruyendo así el esquema cósmico de la identidad de la personalidad.
[Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría que actúa por mandato de los Ancianos de los Días.]
Traducción española © Fundación Urantia. Todos los derechos reservados.