No se debe confundir la ubicuidad de la Deidad con la ultimidad de la omnipresencia divina. Es volitivo del Padre Universal que el Supremo, el Último y el Absoluto compensen, coordinen y unifiquen su ubicuidad espacio-temporal y su omnipresencia que trasciende el tiempo y el espacio con su presencia universal y absoluta sin tiempo y sin espacio. Y debéis recordar que, aunque la ubicuidad de la Deidad pueda ser tan frecuentemente asociada con el espacio, no está necesariamente condicionada por el tiempo.
Como seres ascendentes mortales y morontiales discernís progresivamente a Dios a través del ministerio de Dios el Séptuple. A través de Havona descubrís a Dios el Supremo. En el Paraíso lo encontráis como persona, y luego como finalistas finalmente intentaréis conocerlo como el Último. Siendo finalistas, parecería que hubiese tan sólo un curso para seguir después de haber obtenido al Último, y ése sería comenzar la búsqueda del Absoluto. Ningún finalista será atribulado por las incertidumbres del logro del Absoluto de Deidad puesto que al fin de las ascensiones suprema y última ha encontrado a Dios el Padre. Sin duda dichos finalistas creerán que, aunque consiguieran encontrar a Dios el Absoluto, tan sólo estarían descubriendo al mismo Dios, el Padre del Paraíso que se manifiesta en niveles más aproximadamente infinitos y universales. Indudablemente, el logro de Dios en lo absoluto revelaría al Antepasado Primario de los universos así como también al Padre Final de las personalidades.
Dios el Supremo podría no ser una demostración de la omnipresencia espaciotemporal de la Deidad, pero es literalmente una manifestación de la ubicuidad divina. Entre la presencia espiritual del Creador y las manifestaciones materiales de la creación hay un vasto dominio del devenir ubicuo—la emergencia universal de la Deidad evolucionaria.
Si Dios el Supremo toma en algún momento el control directo de los universos del tiempo y del espacio, estamos seguros que dicha administración por la Deidad funcionará bajo el supercontrol del Último. En tal caso Dios el Último comenzaría a hacerse manifiesto a los universos del tiempo como el Todopoderoso trascendental (el Omnipotente) ejerciendo el supercontrol del supertiempo y del espacio trascendido en cuanto a las funciones administrativas del Supremo Todopoderoso.
La mente mortal puede preguntar, así como lo hacemos nosotros: si la evolución de Dios el Supremo a autoridad administrativa en el gran universo va acompañada de un aumento de las manifestaciones de Dios el Último, ¿irá una emergencia correspondiente de Dios el Último en los universos postulados del espacio exterior acompañada de similares revelaciones enaltecidas de Dios el Absoluto? Pero realmente no lo sabemos.