El Supremo es Dios en el tiempo; él es el secreto del crecimiento de la criatura en el tiempo; también es suya la conquista del presente incompleto y la consumación del futuro en proceso de perfeccionamiento. Y los frutos finales de todo crecimiento finito son: control del poder por el espíritu mediante la mente en virtud de la presencia unificadora y creadora de la personalidad. La consecuencia culminante de todo este crecimiento es el Ser Supremo.
Para el hombre mortal, la existencia equivale al crecimiento. Así en efecto parecería ser, aun en un sentido universal más amplio, porque la existencia guiada por el espíritu, parece dar como resultado el crecimiento experencial—aumento de estado. Sin embargo, por mucho tiempo hemos mantenido, que el crecimiento presente que caracteriza la existencia de la criatura en la presente edad universal es una función del Supremo. También sostenemos que este tipo de crecimiento es peculiar a la edad de crecimiento del Supremo, y que terminará cuando se complete el crecimiento del Supremo.
Considerad el estado de los hijos trinidizados por criaturas: nacen y viven en la presente edad universal; tienen personalidad, juntamente con dotes mental y espiritual. Tienen experiencias y la memoria de éstas, pero no crecen como lo hacen los ascendentes. Es nuestra creencia y comprensión que estos hijos trinidizados por criaturas, aunque se encuentran en la presente edad universal, son realmente de la próxima edad universal—la edad que seguirá cuando se complete el crecimiento del Supremo. Por lo tanto no están en el Supremo en su estado presente de incompletez y de crecimiento consiguiente. Por lo tanto no participan del crecimiento experiencial de la presente edad universal, siendo mantenidos en reserva para la próxima edad universal.
Mi propia orden de Mensajeros Poderosos, siendo abrazada por la Trinidad, no es participante en el crecimiento en la presente edad universal. En cierto sentido nosotros somos, en cuanto a nuestro estado, como de la edad universal precedente así como de hecho lo son los Hijos Estacionarios de la Trinidad. Una cosa es segura: nuestro estado está fijado por el abrazo de la Trinidad, y la experiencia ya no eventúa en crecimiento.
Esto no es verdad en cuanto a los finalistas ni a cualquier otra orden evolucionaria y experiencial que sea participante en el proceso de crecimiento del Ser Supremo. Vosotros los mortales que vivís ahora en Urantia y que acaso aspiráis al logro del Paraíso y al estado de finalista debéis comprender que dicho destino tan sólo es realizable porque estáis en el Supremo y sois de él, por lo tanto participáis en el ciclo del crecimiento del Supremo.
En algún momento llegará el fin del crecimiento del Supremo; su estado logrará el cumplimiento (en el sentido de energía-espíritu). Esta terminación de la evolución del Supremo también presenciará la terminación de la evolución de la criatura como parte de la Supremacía. No sabemos qué tipo de crecimiento caracterizará a los universos del espacio exterior. Pero estamos muy seguros de que será algo muy distinto de todo lo que se ha visto en la edad presente de la evolución de los siete superuniversos. Será indudablemente función de los ciudadanos evolucionarios del gran universo compensar a los del espacio exterior por esta deprivación de crecimiento de la Supremacía.
En cuanto existente en el momento de la consumación de la edad universal presente, el Ser Supremo funcionará como un soberano experiencial en el gran universo. Los habitantes del espacio exterior—ciudadanos de la próxima edad universal– tendrán una potencialidad de crecimiento postsuperuniversal, una capacidad de logro evolucionario que presupondrá la soberanía del Supremo Todopoderoso, excluyendo por lo tanto la participación de las criaturas en la síntesis de poder y personalidad de la presente edad universal.
Por esto se podría considerar la condición incompleta del Supremo como una virtud, puesto que hace posible el crecimiento evolucionario de la creación que se exhibe como criaturas de los universos presentes. El vacío tiene sus virtudes, porque puede ser llenado experiencialmente.
Una de las preguntas más curiosas en la filosofía finita es ésta: ¿Se actualiza el Ser Supremo en respuesta a la evolución del gran universo, o evoluciona progresivamente este cosmos finito en respuesta a la actualización paulatina del Supremo? O bien, ¿es posible que sean mutualmente interdependientes en cuanto a su desarrollo? ¿Que sean recíprocos evolucionarios, iniciando cada uno el crecimiento del otro? De esto estamos seguros: las criaturas y los universos, altos y bajos, evolucionan dentro del Supremo, y a medida que evolucionan, va apareciendo la suma unificada de toda la actividad finita de esta edad universal. Y esta es la aparición del Ser Supremo, para todas las personalidades la evolución del poder todopoderoso de Dios el Supremo.