La experiencia de toda personalidad de criatura en evolución es una fase de la experiencia del Supremo Todopoderoso. La subyugación inteligente de todos los segmentos físicos de los superuniversos es una parte del control creciente del Supremo Todopoderoso. La síntesis creadora del poder y la personalidad es una parte del impulso creador de la Mente Suprema y es la esencia misma del crecimiento evolucionario de la unidad en el Ser Supremo.
La unión de los atributos del poder y la personalidad de la Supremacía es la función de la Mente Suprema; y la evolución completada del Supremo Todopoderoso dará como resultado una Deidad unificada y personal—no una asociación vagamente coordinada de atributos divinos. Desde una perspectiva más amplia, no habrá Todopoderoso aparte del Supremo, no habrá Supremo aparte del Todopoderoso.
A través de las edades evolucionarias el potencial de poder físico del Supremo está investido en los Siete Directores Supremos del Poder, y el potencial mental descansa en los Siete Espíritus Rectores. La Mente Infinita es la función del Espíritu Infinito; la mente cósmica, el ministerio de los Siete Espíritus Rectores; la Mente Suprema está en proceso de actualizar en la coordinación del gran universo y en la asociación funcional con la revelación y alcance de Dios el Séptuple.
La mente espacio-temporal, la mente cósmica, funciona diferentemente en los siete superuniversos, pero está coordinada por alguna técnica asociativa desconocida en el Ser Supremo. El supercontrol Todopoderoso del gran universo no es exclusivamente físico y espiritual. En los siete superuniversos es principalmente material y espiritual, pero también existen fenómenos del Supremo que son tanto intelectuales como espirituales.
En realidad sabemos menos de la mente de la Supremacía que de otros aspectos de esta Deidad en evolución. Es indudablemente activa en todo el gran universo, y se cree que tiene un destino potencial de función en el universo maestro que es de amplio alcance. Pero esto sí sabemos: aunque el físico pueda conseguir un crecimiento completo, y mientras el espíritu pueda alcanzar la perfección de desarrollo, la mente no cesa jamás de progresar—es la técnica experiencial del progreso sin fin. El Supremo es una Deidad experiencial y por lo tanto no alcanza jamás el fin del logro mental.