Toda consideración de los orígenes de Dios el Supremo debe comenzar con la Trinidad del Paraíso, puesto que la Trinidad es Deidad original mientras que el Supremo es Deidad derivada. Toda consideración del crecimiento del Supremo debe tomar en cuenta las triodidades existenciales, puesto que abarcan toda actualidad absoluta y toda potencialidad infinita (en conjunción con la Primera Fuente y Centro). Y el Supremo evolucionario es el foco culminante y personalmente volitiva de la transmutación—la transformación– de potenciales en actuales en el nivel finito de existencia y sobre éste. Las dos triodidades, actual y potencial, comprenden la totalidad de las interrelaciones de crecimiento en los universos.
La fuente del Supremo está en la Trinidad del Paraíso—Deidad eterna, actual y no dividida. El Supremo es antes que nada una persona espiritual, y esta persona espiritual surge de la Trinidad. Pero el Supremo es en segundo término una Deidad de crecimiento—crecimiento evolucionario– y este crecimiento deriva de las dos triodidades: la actual y la potencial.
Si es difícil comprender que las triodidades infinitas puedan funcionar en el nivel finito, deteneos para considerar que su misma infinidad debe en sí misma contener la potencialidad de lo finito; la infinidad comprende todas las cosas, desde la existencia finita más baja y más cualificada hasta las realidades más elevadas y no cualificadamente absolutas.
No es tan difícil comprender que lo infinito contiene lo finito, como lo es comprender de qué manera este infinito se manifiesta en realidad a lo finito. Pero los Ajustadores del Pensamiento que residen en los hombres mortales son una de las pruebas eternas de que aun el Dios absoluto (como absoluto) puede hacer y efectivamente hace contacto directo aun con las más bajas y menores entre todas las criaturas volitivas del universo.
Las triodidades que colectivamente comprenden lo actual y lo potencial se manifiestan en el nivel finito en conjunción con el Ser Supremo. La técnica de dicha manifestación es tanto directa como indirecta: directa en cuanto las relaciones de la triodidad repercuten directamente en el Supremo, e indirecta en cuanto se derivan a través del nivel eventuado de lo absonito.
La realidad Suprema, que es realidad finita total, está en proceso de crecimiento dinámico entre los potenciales no cualificados del espacio exterior y los actuales no cualificados del centro de todas las cosas. El dominio finito actualiza así a través de la cooperación de las agencias absonitas del Paraíso y de las Personalidades Creadoras Supremas del tiempo. El acto de madurar las posibilidades cualificadas de los tres grandes Absolutos potenciales es la función absonita de los Arquitectos del Universo Maestro y de sus asociados trascendentales. Cuando estas eventualidades han obtenido cierto punto de maduración, las Personalidades Creadoras Supremas emergen del Paraíso para ocuparse de la larga tarea de llevar los universos evolutivos a la existencia de hecho.
El crecimiento de la Supremacía se deriva de las triodidades; la persona espiritual del Supremo, de la Trinidad; pero las prerrogativas de poder del Todopoderoso se basan en los éxitos de la divinidad de Dios el Séptuple, mientras que el juntamiento de las prerrogativas de poder del Supremo Todopoderoso con la persona espiritual de Dios el Supremo ocurre en virtud del ministerio del Actor Conjunto, quien donó la mente del Supremo como factor conjuntador en esta Deidad evolucionaria.