El carácter de la tarea encomendada a los Monitores Misteriosos varía según la naturaleza de sus asignaciones, según que sean Ajustadores de enlace o de fusión. Algunos Ajustadores son meramente prestados para la vida temporal de sus sujetos; otros se donan como candidatos a la obtención de la personalidad con permiso para una fusión eterna si sus sujetos sobreviven. También existe una ligera variación en su tarea entre los distintos tipos planetarios así como también en los diferentes sistemas y universos. Pero en general, su labor es notablemente uniforme, más que los deberes de cualquier otra orden creada de seres celestiales.
En ciertos mundos primitivos (del grupo serie uno) el Ajustador reside en la mente de la criatura en forma de una capacitación experiencial, principalmente por autocultura y desarrollo progresivo. Los Ajustadores vírgenes usualmente se envían a tales mundos durante las épocas tempranas cuando el hombre primitivo está llegando al valle de la decisión, pero cuando comparativamente pocos elegirán ascender a las alturas morales más allá de las colinas del autodominio y de la adquisición del carácter para alcanzar los niveles más elevados de la espiritualidad naciente. (Muchos, sin embargo, que no consiguen fusionarse con el Ajustador sobreviven como ascendentes fusionados con el Espíritu). Los Ajustadores reciben una capacitación valiosa y adquieren una experiencia extraordinaria en la asociación transitoria con las mentes primitivas, y subsiguientemente son capaces de utilizar esta experiencia para beneficio de los seres superiores de otros mundos. Jamás se pierde nada de lo que tenga valor de supervivencia en todo el enorme universo.
En otro tipo de mundo (el del grupo serie dos) los Ajustadores son meramente prestados a los seres mortales. Aquí los Monitores jamás pueden alcanzar la fusión de la personalidad mediante tal residencia en ella, pero sí proporcionan gran ayuda a sus sujetos humanos durante la vida mortal, mucho más de la que pueden dar a los mortales de Urantia. Se prestan los Ajustadores a las criaturas mortales por una sola vida como modelos para sus logros espirituales más elevados, asistentes provisionales en la fascinante tarea de perfeccionar un carácter de supervivencia. Los Ajustadores no retornan después de la muerte natural; estos mortales sobrevivientes alcanzan vida eterna mediante la fusión con el Espíritu.
En mundos tales como Urantia (grupo de la serie tres) existe un verdadero compromiso con los dones divinos, un acuerdo de vida y muerte. Si sobrevives, habrá una unión eterna, una fusión sempiterna, la combinación del hombre y el Ajustador en un ser.
En los mortales de tres cerebros de esta serie de mundos, los Ajustadores pueden ganar mucho más contacto real con sus sujetos durante la vida temporal que en los tipos de uno o dos cerebros. Pero en la carrera después de la muerte, el tipo de tres cerebros procede tal como lo hacen el tipo de un cerebro y los pueblos de dos cerebros—las razas de Urantia.
En los mundos con humanos de dos cerebros, posteriormente a la estadía de un Hijo autootorgador Paradisiaco, raramente se asignan Ajustadores vírgenes a personas que tengan la capacidad incuestionable de supervivencia. Es nuestra creencia que en tales mundos prácticamente todos los Ajustadores que residen en hombres y mujeres inteligentes con capacidad de supervivencia pertenecen al tipo avanzado o al supremo.
En muchas de las razas evolucionarias primitivas de Urantia, existían tres grupos de seres. Estaban los que eran tan animales como para que les faltara casi totalmente la capacidad de recibir a un Ajustador. Existían los que exhibían capacidad indudable de recibir a los Ajustadores y prontamente los recibían cuando llegaban a la edad de responsabilidad moral. Existía una tercera clase que ocupaba una posición limítrofe; éstos tenían la capacidad de recibir a un Ajustador, pero los Monitores podían residir la mente tan sólo por petición personal del individuo.
Pero con aquellos seres que están virtualmente descalificados para la supervivencia por la nefasta herencia de antepasados inferiores e ineptos, muchos Ajustadores vírgenes han servido una experiencia preliminar valiosa de contacto con la mente evolucionaria y de este modo se han vuelto mejor calificados para una asignación subsiguiente a un tipo más elevado de mente en algún otro mundo.