Los Ajustadores del Pensamiento no son personalidades, pero son entidades reales; son verdadera y perfectamente individualizados, aunque no se vuelven nunca, durante su período de residencia en el alma mortal, personalizados. Los Ajustadores del Pensamiento no son personalidades auténticas; son realidades auténticas, realidades de la orden más pura conocida en el universo de los universos—son la presencia divina. Aunque no personales, estos maravillosos fragmentos del Padre se denominan comúnmente seres y a veces, en vista de las fases espirituales de su ministerio presente a los mortales, entidades espirituales.
Si los Ajustadores del Pensamiento no son personalidades con prerrogativas de voluntad y poderes de selección, ¿cómo pueden seleccionar los sujetos mortales y decidir voluntariamente residir en estas criaturas del mundo evolucionario? Ésta es una pregunta que es fácil preguntar, pero probablemente ningún ser en el universo de los universos ha encontrado jamás la respuesta precisa. Aun mi orden de personalidad, los Mensajeros Solitarios, no comprende plenamente la dote de volición, selección y amor en las entidades que no son personales.
Frecuentemente hemos especulado que los Ajustadores del Pensamiento deben tener volición en todos los niveles de selección prepersonales. Deciden voluntariamente morar en los seres humanos, diseñan planes para la carrera eterna del hombre, los adaptan, modifican y substituyen de acuerdo con las circunstancias, y estas actividades denotan una volición genuina. Tienen afectos por los mortales, funcionan en las crisis universales, siempre están listos para actuar en forma decisiva de acuerdo con la selección humana, y todas éstas son reacciones altamente volitivas. En todas las situaciones que no se refieran al dominio de la voluntad humana, indudablemente exhiben una conducta que denota el ejercicio de poderes en todo sentido equivalentes a la voluntad, a la decisión llevada al máximo.
¿Por qué entonces, si los Ajustadores del Pensamiento poseen volición, son subsirvientes a la voluntad mortal? Creemos que esto se debe a que la volición del Ajustador, aunque absoluta en su naturaleza, es prepersonal en su manifestación. La voluntad humana funciona en el nivel de personalidad de la realidad universal, y en todo el cosmos lo impersonal—lo no personal, lo subpersonal y lo prepersonal– por siempre responde a la voluntad y a las acciones de la personalidad existente.
En todo el universo de seres creados y energías no personales no observamos voluntad, volición, selección y amor manifestados aparte de la personalidad. Excepto en los Ajustadores y otras entidades similares nosotros no presenciamos estos atributos de la personalidad funcionando en asociación con realidades impersonales. No sería correcto designar a un Ajustador como subpersonal, tampoco sería apropiado referirse a tal entidad como superpersonal, pero sería enteramente permisible definir a tal ser como prepersonal.
Para nuestras órdenes de seres estos fragmentos de la Deidad son conocidos como los dones divinos. Reconocemos que los Ajustadores son de origen divino, y que constituyen la prueba probable y demostración de la reserva del Padre Universal de la posibilidad de dirigir y comunicarse ilimitadamente con cualquiera y todas las criaturas materiales en sus virtualmente infinitos dominios, y todo ello totalmente aparte de su presencia en las personalidades de sus Hijos del Paraíso o a través de las ministraciones indirectas en las personalidades del Espíritu Infinito.
No existen seres creados que no estén encantados de ser anfitriones de los Monitores Misteriosos, pero ninguna orden de seres los recibe excepto las criaturas volitivas evolucionarias de destino finalista.
[Presentado por un Mensajero Solitario de Orvonton.]
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