Puesto que vuestro mundo es en general ignorante de los orígenes, aun de los orígenes físicos, de vez en cuando nos ha parecido sabio proveer instrucción en cosmología. Y siempre esto ha producido problemas para el futuro. Las leyes de la revelación nos frenan considerablemente, debido a la prohibición de impartir conocimiento no ganado o prematuro. Toda cosmología presentada como parte de la religión revelada está destinada a ser superada en un período muy corto. Por lo tanto, los estudiantes futuros de tal revelación están tentados a descartar todo elemento de verdad religiosa genuina que pueda contener, debido a que descubren errores frente a las cosmologías asociadas que allí se presentan.
La humanidad debe comprender que nosotros, quienes participamos en la revelación de la verdad, estamos limitados muy rigurosamente por las instrucciones de nuestros superiores. No tenemos libertad para anticipar los descubrimientos científicos de mil años. Los reveladores deben actuar de acuerdo con las instrucciones que forman parte del mandato de revelación. No vemos forma alguna de superar dicha dificultad, ni ahora ni en un tiempo futuro. Bien sabemos que, mientras los hechos históricos y las verdades religiosas de esta serie de presentaciones reveladoras permanecerán en los registros de las eras venideras, dentro de pocos años muchas de nuestras declaraciones sobre las ciencias físicas necesitarán una revisión como consecuencia de desarrollos científicos adicionales y de nuevos descubrimientos. Estos nuevos desarrollos los anticipamos desde ya, pero se nos prohíbe incluir tales hechos aún no descubiertos por la humanidad en nuestros registros revelatorios. Aclaremos que las revelaciones no son necesariamente inspiradas. La cosmología de estas revelaciones no es inspirada. Está limitada por el permiso que tenemos para la coordinación y selección del conocimiento actual. Aunque el discernimiento divino o espiritual sea un don, la sabiduría humana debe evolucionar.
La verdad es siempre una revelación: autorrevelación cuando surge como resultado del trabajo del Ajustador residente; revelación de época cuando se presenta mediante la función de alguna otra agencia, grupo o personalidad celestial.
En último análisis, la religión debe juzgarse por sus frutos, de acuerdo con la manera y el grado en el que exhibe su propia excelencia inherente y divina.
La verdad puede ser tan sólo relativamente inspirada, aunque la revelación es invariablemente un fenómeno espiritual. Aunque las declaraciones referentes a la cosmología no son jamás inspiradas, esas revelaciones son de inmenso valor en cuanto por lo menos aclaran transitoriamente el conocimiento mediante:
1. La reducción de la confusión por la eliminación experta del error.
2. La coordinación de hechos y observaciones conocidos o a punto de ser conocidos.
3. La restitución de fragmentos importantes de conocimiento perdido relativo a transacciones de época en el pasado distante.
4. El abastecimiento de información que llene lagunas vitales en el conocimiento por otra parte ya ganado.
5. La presentación de datos cósmicos en una forma tal que ilumine las enseñanzas espirituales contenidas en la revelación acompañante.