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El Espíritu Infinito

El Dios de Acción  •  La Naturaleza del Espíritu Infinito  •  La Relación del Espíritu con el Padre y el Hijo  •  El Espíritu del Ministerio Divino  •  La Presencia de Dios  •  La Personalidad del Espíritu Infinito

ALLÁ por la eternidad, cuando el «primer» pensamiento infinito y absoluto del Padre Universal encuentra en el Hijo Eterno un verbo tan perfecto y adecuado para su expresión divina, se manifiesta el deseo supremo tanto del Dios-pensamiento como del Dios-palabra de un agente universal e infinito de expresión mutua y acción combinada.

8:0.2

En los albores de la eternidad, tanto el Padre como el Hijo se hacen infinitamente conocedores de su mutua interdependencia, su eterna y absoluta singularidad, y por lo tanto celebran un pacto infinito y sempiterno de asociación divina. Este pacto sin fin se celebra para la realización de sus conceptos unidos a través del entero círculo de la eternidad; y a partir de este acontecimiento eterno el Padre y el Hijo permanecen en esta unión divina.

8:0.3

Nos encontramos ahora frente a frente con el origen en la eternidad del Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad. En el instante mismo en que Dios el Padre y Dios el Hijo conciben conjuntamente una acción idéntica e infinita—la ejecución de un plan de pensamiento absoluto– en ese mismo momento, el Espíritu Infinito entra a existir, ya en su completa totalidad.

8:0.4

Al mencionar así el orden del origen de las Deidades, lo hago únicamente para permitiros pensar en su relación. En la realidad los tres son existentes desde la eternidad; son existenciales. No tienen ni principio ni fin en el tiempo; son coordinados, supremos, últimos, absolutos e infinitos. Son, siempre han sido y siempre serán tres personas claramente individualizadas pero eternamente asociadas: Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu.


 
 
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El libro de Urantia