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El Origen de Urantia

6. La Etapa de Sistema Solar—La Era de Formación Planetaria

57:6.1

Después del nacimiento del sistema solar sobrevino un período de derrame solar menguante. En escala decreciente, durante otros quinientos mil años, el sol continuó vertiendo volúmenes cada vez menores de materia al espacio circundante. Mas durante estos tiempos primitivos de órbitas erráticas, cuando los cuerpos circundantes efectuaban su acercamiento más próximo al sol, la madre solar conseguía recobrar una gran porción de este material meteórico.

57:6.2

Los planetas más cercanos al sol fueron los primeros en sufrir una disminución de su velocidad giratoria, debido a la fricción mareomotriz. Tales influencias de la gravedad además contribuyen a la estabilización de las órbitas planetarias, y mientras que sirven de freno a la velocidad de la revolución axial del planeta, haciendo que un planeta vaya girando cada vez más lentamente hasta cesar la revolución axial, quedando un hemisferio del planeta siempre proyectado hacia el sol o algún cuerpo mayor, tal como lo demuestran el planeta Mercurio y la luna, que siempre da la misma cara hacia Urantia.

57:6.3

Cuando las fricciones mareomotrices de la luna y la tierra se igualen, la tierra siempre proyectará el mismo hemisferio hacia la luna, y el día y el mes serán análogos—con una duración de aproximadamente cuarenta y siete días. Cuando se alcance tal estabilidad de órbitas, las fricciones mareomotrices entrarán en acción inversa; ya no impulsarán la luna para que se aleje más de la tierra sino que acercarán paulatinamente este satélite al planeta. Luego, en aquel futuro lejano, cuando la luna se acerque hasta unos diez y siete mil seiscientos kilómetros de la tierra, la acción de la gravedad de ésta, hará que la luna se fracture y esta explosión ocasionada por la gravedad mareomotriz la hará añicos convirtiéndola en pequeñas partículas, que tal vez se arremolinen en torno al mundo a manera de anillos de materia, semejantes a los de Saturno, o bien, sean atraídos paulatinamente a la tierra como meteoros.

57:6.4

Si los cuerpos espaciales son similares en tamaño y densidad, pueden entrar en colisión. En cambio, si dos cuerpos espaciales de densidad similar son de una desigualdad relativa en cuanto al tamaño, y si el menor se va acercando progresivamente al mayor, el menor se fracturará cuando el radio de su órbita se vuelva menos de dos veces y media en comparación con el radio del cuerpo mayor. Las colisiones entre los gigantes del espacio son, en efecto, escasas; pero, las explosiones ocasionadas por la gravedad mareomotriz de cuerpos menores son bastante comunes.

57:6.5

Las estrellas fugaces se dan en forma de enjambre, debido a que son fragmentos de cuerpos mayores de materia que han sido fracturados por la gravedad mareomotriz que ejercen los cuerpos espaciales más próximos y aún mayores. Los anillos de Saturno son los fragmentos de un satélite fracturado. Una de las lunas de Júpiter se está acercando ahora peligrosamente a la zona crítica de la fracturación por la acción mareomotriz y, dentro de unos pocos millones de años, o será reclamada por el planeta, o, experimentará la fracturación causada por la gravedad mareomotriz. El quinto planeta del sistema solar de antaño, de muy antaño, atravesó una órbita irregular, acercándose periódicamente cada vez más a Júpiter, hasta que entró en la zona crítica de la disrupción por la acción de la gravedad mareomotriz, y sin más se fragmentó, convirtiéndose en el cúmulo de asteroides de los tiempos presentes.

57:6.6

Hace 4.000.000.000 de años se presenció la organización de los sistemas de Júpiter y Saturno con aspecto muy parecido a como hoy día se observan con la excepción de sus lunas, las cuales continuaron aumentando en tamaño durante varios miles de millones de años. De hecho, todos los planetas y satélites del sistema solar siguen creciendo como resultado de continuas capturas de meteoros.

57:6.7

Hace 3.500.000.000 de años los núcleos de condensación de los otros diez planetas quedaron bien formados, y los núcleos de la mayoría de las lunas quedaron intactos, aunque algunos de los satélites menores se unieron más adelante para formar las lunas mayores de hoy en día. Esta edad se puede considerar como la era de formación planetaria.

57:6.8

Hace 3.000.000.000 de años el sistema solar funcionaba de forma muy parecida a la de hoy. Sus integrantes continuaban creciendo en tamaño a medida que los meteoros del espacio continuaban lloviéndoles a los planetas y a sus satélites a un ritmo prodigioso.

57:6.9

Más o menos por estos tiempos vuestro sistema solar quedó asentado en el registro físico de Nebadon y se le dió el nombre de Monmatia.

57:6.10

Hace 2.500.000.000 de años, los planetas habían aumentado inmensamente. Urantia era una esfera bien desarrollada como de una décima parte de su masa presente e iba creciendo a ritmo acelerado mediante el acrecentamiento meteórico.

57:6.11

Toda esta formidable actividad es parte normal de la creación de un mundo evolutivo del orden de Urantia y constituye los preliminares astronómicos para preparar el terreno para el comienzo de la evolución física de tales mundos del espacio, disponiéndolos para las aventuras de vida en el tiempo.


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