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Los Príncipes Planetarios

1. La Misión de los Príncipes

50:1.1

Un Príncipe Planetario y sus hermanos asistentes representan el acercamiento personalizado más cercano (aparte de la encarnación) que el Hijo Eterno Paradisiaco puede hacer con las criaturas inferiores espacio-temporales. Es verdad que el Hijo Creador toca a las criaturas del reino a través de su espíritu, pero el Príncipe Planetario es la última de las órdenes de Hijos personales que se extienden desde el Paraíso hasta los hijos del hombre. El Espíritu Infinito llega muy cerca en las personas de los guardianes del destino y otros seres angélicos; el Padre Universal vive en el hombre mediante la presencia prepersonal de los Monitores Misteriosos; pero el Príncipe Planetario representa el último esfuerzo del Hijo Eterno y de sus Hijos por acercarse a vosotros. En un mundo recientemente habitado el Príncipe Planetario es el único representante de divinidad completa, pues surge del Hijo Creador (el vástago del Padre Universal y del Hijo Eterno) y de la Ministra Divina (la Hija universal del Espíritu Infinito).

50:1.2

Un cuerpo leal de asistentes y ayudantes, así como un gran número de espíritus ministrantes rodean al príncipe de un mundo recientemente habitado. Pero los cuerpos dirigentes de dichos mundos nuevos deben ser de las órdenes más bajas de los administradores de un sistema, para asegurar que sean compasivos y comprensivos en forma innata de los problemas y dificultades planetarios. Todo este esfuerzo por pro-veer un gobierno compasivo para los mundos evolucionarios involucra una mayor posibilidad de que estas personalidades casi humanas puedan descarriarse por la exaltación de su propia mente más allá y encima de la voluntad de los Gobernantes Supremos.

50:1.3

Estando completamente solos como representantes de la divinidad en los planetas específicos, estos Hijos pasan duras pruebas, y Nebadon ha sufrido el infortunio de varias rebeliones. En la creación de los Soberanos de los Sistemas y los Príncipes Planetarios ocurre la personalización de un concepto que se ha ido alejando cada vez más del Padre Universal y del Hijo Eterno, y existe un peligro en aumento de la pérdida del sentido de las proporciones en cuanto a la propia importancia y una mayor probabilidad de fracaso en mantener una posición adecuada en cuanto a los valores y relaciones de las numerosas órdenes de seres divinos y sus jerarquías de autoridad. El hecho de que el Padre no esté presente personalmente en el universo local también impone cierta prueba de fe y lealtad sobre todos estos Hijos.

50:1.4

Pero estos príncipes de los mundos pocas veces fracasan en su función de organización y administración de las esferas habitadas, y su triunfo facilita grandemente las misiones subsiguientes de los Hijos Materiales, que concurren para injertar las for-mas más elevadas de vida de criatura en los hombres primitivos de los mundos. Su gobierno también hace mucho para preparar los planetas para los Hijos de Dios Paradisiacos, que posteriormente vienen para juzgar los mundos y para inaugurar las dispensaciones sucesivas.


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