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Los Niveles de la Realidad en el Universo

9. La Unificación Existencial Infinita

106:9.1

En el concepto de la Trinidad de Trinidades postulamos la unificación experiencial posible de la realidad ilimitada, y a veces teorizamos que todo esto puede suceder en la eternidad más lejana y alejada. Sin embargo hay una unificación actual y presente de la infinidad en esta misma edad así como en todas las edades pasadas y futuras del universo; dicha unificación es existencial en la Trinidad del Paraíso. La unificación de la Infinidad como realidad experiencial es impensablemente remota, pero una unidad no cualificada de la infinidad domina ahora el momento presente de la existencia universal y une las divergencias de toda realidad con una majestuosidad existencial que es absoluta.

106:9.2

Cuando las criaturas finitas intentan concebir la unificación infinita de los niveles de la finalidad de la eternidad consumada, se enfrentan con las limitaciones intelectuales inherentes a sus existencias finitas. El tiempo, el espacio y la experiencia constituyen barreras para el concepto de la criatura; y aún, sin tiempo, aparte del espacio y exceptuando la experiencia, ninguna criatura podría alcanzar ni siquiera una comprensión limitada de la realidad universal. Sin sensibilidad por el tiempo, ninguna criatura evolucionaria podría posiblemente percibir las relaciones de secuencia. Sin percepción del espacio, ninguna criatura podría imaginar las relaciones de simultaneidad. Sin experiencia, ninguna criatura evolucionaria podría siquiera existir; sólo los Siete Absolutos de la Infinidad verdaderamente trascienden la experiencia, y aun éstos pueden ser experienciales en ciertas fases.

106:9.3

El tiempo, el espacio y la experiencia son los mayores auxilios del hombre para la percepción relativa de la realidad y sin embargo son sus obstáculos más formidables para la plena percepción de la realidad. Los mortales y muchas otras criaturas del universo encuentran necesario pensar en los potenciales como siendo actualizados en el espacio y evolucionando hasta dar frutos en el tiempo, pero todo este proceso es un fenómeno espacio-temporal que en realidad no ocurre en el Paraíso y la eternidad. En el nivel absoluto no hay ni tiempo ni espacio; todos los potenciales pueden ser percibidos allí como actuales.

106:9.4

El concepto de la unificación de toda realidad, en esta o en cualquier otra edad universal, es básicamente doble: existencial y experiencial. Dicha unidad está en proceso de realización experiencial en la Trinidad de Trinidades, pero el grado de la actualización aparente de esta Trinidad triple es directamente proporcional a la desaparición de las cualificaciones e imperfecciones de la realidad en el cosmos. Pero la integración total de la realidad está eterna y existencialmente presente en forma no cualificada en la Trinidad del Paraíso, dentro de la cual, en este mismo momento universal, la realidad infinita está absolutamente unificada.

106:9.5

La paradoja creada por los puntos de vista experiencial y existencial es inevitable y se basa en parte en el hecho de que la Trinidad del Paraíso y la Trinidad de Trinidades son cada una de ellas una relación en la eternidad que los mortales tan sólo pueden percibir como relatividad espacio-temporal. El concepto humano de la actualización experiencial gradual de la Trinidad de Trinidades—el punto de vista temporal– debe ser suplementado por el postulado adicional de que es ya un hecho—el punto de vista de la eternidad. Pero ¿cómo pueden ser reconciliados estos dos puntos de vista? Para los mortales finitos sugerimos la aceptación de la verdad de que la Trinidad del Paraíso es la unificación existencial de la infinidad, y que la incapacidad de detectar la presencia actual y la manifestación completa de la Trinidad de Trinidades experienciales se debe en parte a una distorsión recíproca debido a:

106:9.6

1. El punto de vista humano limitado, la incapacidad de captar el concepto de eternidad no cualificada.

106:9.7

2. El estado imperfecto del ser humano, la posición remota respecto del nivel absoluto de los experienciales.

106:9.8

3. El propósito de la existencia humana, el hecho de que la humanidad está destinada a evolucionar mediante la técnica de la experiencia y por lo tanto debe ser inherente y constitucionalmente dependiente de la experiencia. Tan sólo un Absoluto puede ser a la vez existencial y experiencial.

106:9.9

El Padre Universal en la Trinidad del Paraíso es el YO SOY de la Trinidad de Trinidades, y la incapacidad de experimentar al Padre como infinito se debe a las limitaciones finitas. El concepto del YO SOY—existencial, solitario y no alcanzable, un ente que existe antes de la Trinidad– y el postulado del YO SOY—experiencial y alcanzable, un ente que existe después de la Trinidad de Trinidades– constituyen la misma hipótesis; ningún cambio actual ha ocurrido en el infinito; todo desarrollo aparente se debe a una mayor capacidad de recepción de la realidad y apreciación cósmica.

106:9.10

El YO SOY, en el análisis final, debe existir antes de todos los existenciales y después de todos los experienciales. Aunque estas ideas puedan no aclarar las paradojas de la eternidad y la infinidad en la mente humana, deberían por lo menos estimular estos intelectos finitos a una renovada preocupación por estos problemas sin fin, problemas que continuarán intrigándoos en Salvington y más adelante como finalistas y aun más a través del futuro sin fin de vuestras carreras eternas en los vastos universos.

106:9.11

Tarde o temprano todas las personalidades universales comienzan a comprender que la búsqueda final de la eternidad es la exploración sin fin de la infinidad, el viaje que nunca acaba de descubrimiento hacia la absolutez de la Primera Fuente y Centro. Tarde o temprano todos nos damos cuenta de que todo crecimiento de la criatura es proporcional a la identificación con el Padre. Llegamos a la comprensión de que vivir la voluntad de Dios es el pasaporte eterno a la posibilidad sin fin de la infinidad misma. Los mortales alguna vez entienden que el éxito en la exploración del Infinito es directamente proporcional al alcance de la semejanza con el Padre, y que en esta edad universal se revelarán las realidades del Padre dentro de las cualidades de la divinidad. Y estas cualidades de la divinidad pueden ser apropiadas en forma personal por parte de las criaturas del universo mediante la experiencia de vivir divinamente, y que vivir divinamente significa realmente vivir la voluntad de Dios.

106:9.12

Para las criaturas materiales, finitas, evolucionarias, una vida basada en vivir la voluntad del Padre conduce directamente al alcance de la supremacía del espíritu en la arena de la personalidad y lleva a dichas criaturas un paso más cerca de la comprensión del Padre-Infinito. Tal vida para el Padre está basada en la verdad, es sensible a la belleza, y está dominada por la bondad. Una persona que sí conoce a Dios está iluminada interiormente por la adoración y exteriormente se dedica al servicio totalmente sincero de la hermandad universal de todas las personalidades, un ministerio de servicio que está lleno de misericordia y motivado por el amor, mientras que estas cualidades de vida están unificadas en la personalidad evolutiva sobre los niveles en constante ascensión de sabiduría cósmica, autorrealización, encuentro con Dios y adoración del Padre.

106:9.13

[Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]


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